REFLEXIONES SOBRE LA
RABIOSA ACTUALIDAD
Es la primera vez que rompo la regla que me impuse hace años. No
hablar nunca de la rabiosa actualidad.
No merece la pena. Ya están
los profesionales del momento para ello. Pero vivimos un momento especial, casi
peligroso.
Yo soy, o me gustaría ser, un escritor de horizontes. De perspectivas. De tendencias. De íntimos sedimentos y querencias.
Lo que pasa es que me duele mucho lo que está pasando. Seguro que como a muchos más, aunque no sean
escritores.
Lo de Cataluña es grave. Y penoso. Duele.
Lo que más duele es que hay gente que, en vez de sumar, resta.
Mal negocio.
Supongo que el prurito. Y el orgullo, mal entendido, es la contrapartida.
Yo no soy un político, por Dios. Ni me gustaría serlo. No tengo
esa vocación. Aunque respeto esa profesión, como a cualquier otra.
Simplemente no entiendo lo que pasa, y me gustaría que
reflexionáramos lo siguiente:
1.- Hemos de perder el
miedo a lo diferente. Al final todos dormimos en una sola cama y nos sentamos
de la misma forma en el mismo váter. Y
nos moriremos todos, unos detrás de los otros, persiguiendo los mismos sueños.
Y las mismas dudas... Y da igual si nos expresamos mejor, o más cómodos, en una
lengua que en otra. En el mundo que viene lo más preciado será la capacidad de
comunicarnos con los demás.
2.- El hombre es un ser
social. Ya lo dijo Aristóteles. Y eso significa que, para crecer, deberemos
integrarnos en una sociedad que está por
encima de nosotros como individuos. Y nuestra sociedad local, cercana, deberá
integrase en otras, más lejanas. Más amplias.
3.- Yo, como escritor, un
ser eminentemente individual, independiente y crítico, desconfío de los políticos.
De los malos políticos, quiero decir. De aquellos que, en vez de que pase su
pueblo a la historia, quieren pasar
ellos, alzándose sobre un montón de
sufrimiento y, tal vez, de cadáveres. Estos no me interesan en absoluto. Me
gustan los políticos que buscan sumar, engrandecer, ampliar horizontes., que
sus representados vivan bien y tengan toda la información para continuar
haciéndolo. Lo contrario, me parece mezquino, ruin, cercenante, amputador,
pobre, en definitiva.
4.- Yo no manejo todas las
estadísticas , todos los datos; me muevo
por el instinto, por las experiencias cercanas. Viajo, orgulloso, por las
Españas, y veo que las ciudades están
cuidadas, con las plazas llenas de fuentes, de jardines, de rosas. Nada es
perfecto, lo sé. Ha habido una crisis terrible, lo sé también. Pero no me trago
el cuento de que ahora todo es un desastre. Hablo con unos y con otros, jóvenes
y, sobre todo, mayores, pregúntesele a estos últimos en confianza: vivimos como
nunca. Y, encima, la crisis, en sus
coletazos más profundos, parece quedar atrás. Hay que reparar a los dañados
ahora. Sin falta.
5.- España es uno de los países más importantes de la historia
universal. Quizá de los diez países más
importantes o, incluso, de los cinco. No
es un mal negocio ser español. Habrá
muchos errores en nuestra historia, sin duda. Que habrá que juzgar con los ojos
de aquel tiempo. No del de ahora, ojo.
6.- España es un país complejo. Muy antiguo, pero con un nacimiento peculiar. Conozcámoslo y respetémoslo. Respetemos el
conjunto, tan valioso. Y respetemos las partes, tan valiosas también. Respeto mutuo,
esa es la palabra.
7.- Es muy fácil destruir, desvalorar, echar por la borda tantos
encuentros, tantos momentos vividos juntos.
Construir lleva su tiempo, su empeño. Sus siglos. Llamo aquí a los
construidores, a los reformadores, a lo
sumadores. Y desllamo a los héroes momentáneos, a los orgullosos, a los
narcisistas, a los que son miopes, sin gafas correctoras algunas.
8.- ¿Por qué no aprovechar ese acervo común de una de las naciones
más importantes del mundo de todos los tiempos? ¿Por qué no reconocer el
empeño, la dedicación, la impronta, el trabajo, la singularidad de sus partes?
9.- ¿Por qué no olvidarnos de esos políticos que viven, medran,
pensando en su próxima cita electoral? Por qué no pensar en nosotros. Çon quién
nos relacionamos, a quién amamos. A quién estamos haciendo sufrir. De quién vamos a divorciarnos y por qué.
Cambiemos a aquellos políticos que siembran problemas en vez de soluciones.
10.- Estamos en el club de los quince países más prósperos, y más
justos, y más cultos, y con más futuro, del mundo. Nos lo merecemos después de
nuestra larga historia de esfuerzo, de trabajo y de dedicación. No lo
desaprovechemos por ver quién la tiene
más grande. Que es lo que nos proponen
algunos politicastros para ocultar su inoperancia, su falta de habilidad, su intención de ocultar sus desmanes o por
pasar a la historia, ellos piensan que por héroes y la historia los juzgará,
quizá, por narcisistas, prevaricadores y por arrimar el ascua a su sardina.
Ustedes y yo somos libres. No nos dejemos llevar por los cantos de
sirena de quienes quieren representarnos, sin ganarse nuestra confianza a base
de buena información, interés en sumar, en crecer, en engrandecer. Mientras
nos ofrecen un culto a su imagen, detrás
de palabras vacías y de historias que
nada tienen que ver con el mundo de hoy.
Escrito para el blog: www.eldiaquefuimosdioses.blogspot.com y redes sociales.