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miércoles, 24 de junio de 2015
ULTIMAS GALERADAS.
Para un escritor revisar y corregir las últimas galeradas de tu obra, que te manda el editor, es como para un padre o una madre peinar por última vez a su hijo o alisarle el traje el día que va a hacer su Primera Comunión.
Son los últimos e íntimos momentos a solas con tu obra, con tu hijo. Luego, ya será de otros, de todos los que la lean.
Así que me aplico a ello. Y disfruto de momentos tan especiales. Ojalá el niño sea un chaval querido.
Se llama Germán, y es un niño de verdad, y el protagonista absoluto de mi nueva novela: MEMORIAS DEL SAUCE CURVO. "La novela que te hará sentirte niño de nuevo".
Unos amigos que han leído el borrador me acaban de regalar este book-trailer casero y oficioso. A mí me encanta.
https://www.youtube.com/watch?v=flCb7-7FveI
miércoles, 10 de junio de 2015
LLUEVE
Llueve. El agua se lleva
hasta los sumideros todo lo caduco. Todo lo que estorba. Y tienes la oportunidad
de sentirte limpio de nuevo. Quizá por eso bautizan, desde antiguo, a los niños
que nacen con agua.
Una nueva vida comienza Con todo lavado y olvidado.
Es la fuerza de la esperanza que emerge por encima del escepticismo
e inclusive sobresaliendo sobre el realismo. Realismo, ¿para qué? Hoy no me
interesa.
Hoy solo quiero ver llover. Esa ducha consistente y perseverante. Y
cómo, después, todo queda limpio. Y el aire se perfuma del olor a tierra
húmeda. Y virgen. El olor de los comienzos.
Y, además, después de las tormentas suele salir el arco iris. Que nos recuerda que hay milagros. Que se sobreponen
a la fealdad. A la rutina y a la desesperanza.
Ya sabemos lo que hay. Pero, de vez en cuando, llueve. ¡Gracias a
Dios!
domingo, 7 de junio de 2015
TREINTA MIL OLAS
Treinta mil jornadas es el
tiempo que dura una vida. Parecen muchas. Comparadas con qué: también son treinta
mil, las olas que se cuentan, batiendo las dormidas playas, en sólo tres días.
Con un poco de suerte el
pequeño niño que ha nacido hoy podrá recorrerlas. Al principio, a gatas y, al
final, agarrándose a sus recuerdos.
Una vida humana. Treinta mil
jornadas. Todos los días se apagan treinta mil estrellas. Y no pasa nada. Pero
quedan sus huecos en el cielo. Y en tu mirada.
Tú y tu reloj. Suerte. Mientras
el tiempo y las olas baten sus alas.
Francisco Rodríguez Tejedor/ Para el blog www.eldiaquefuimosdioses.blogspot.com
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