sábado, 23 de octubre de 2021

UN REGALO PARA MIS AMIGOS LECTORES

Un placer para mí ofreceros este libro como regalo a vosotros, mis lectores.

 A mí personalmente es uno de los que más me gustan.

  Y agradeceros también que, entre todos, hayamos conseguido llevarlo a lo más alto, al número uno de descargas en Amazon España en estos momentos. Y también a posiciones muy destacadas en Estados Unidos y en México. 

Espero que os guste a los que todavía no lo hayáis leído.

Podéis puntuar este libro y todos los míos en mi página de Amazon. Me haréis un gran favor y también a otros lectores que tendrán una referencia más para valorarlos. Muchas gracias. 

LINK DE DESCARGA GRATUITA EN AMAZON: 


martes, 12 de octubre de 2021

OCTUBRE, OCTUBRE...

 




Vuelves de una pequeña y doméstica vendimia, todavía con las manos llenas de savia. Y de zumo. Regresas de liquidar la huerta, con los tomates verdes y ateridos ya de frío. Y de soledad. De recolectar las últimas manzanas, ebrias de vida ya y luchando a duras penas con la fuerza de la gravedad.


Hay algunos charcos, recuerdas, donde las avispas, errabundas de horizontes, agonizan doradas por el sol. Y luego, con las plantas arrancadas y amontonadas, para que se sequen, queda un silencio varado de resonancias, de vivencias, de estaciones marchitas que entran en el túnel duro e incierto del invierno.


Y tú te alejas de este cementerio que son los campos en otoño, donde la muerte dulce avanza por las hojas, por las ramas, pintando los paisajes de una música cadenciosa de marrones, de ocres, de amarillos, que son pinceladas que colorean la sinfonía del fin, precisamente. La acuarela de lo que se acaba. El lienzo, donde el dueño del tiempo termina el ciclo de la vida.


Y tú te alejas y escribes desde las Playas del Albir, donde el viento junta a capricho las nubes en figuras regorditas y misteriosas, que nacen y mueren en solo un instante luminoso, lleno de lejanía y de luz.




Y octubre llena la playas de ancianos con su otoño a cuestas y de niños que todavía no han entrado en la rueda del aprender a marchas forzadas. Y tú los miras como extremos del mismo círculo, que es una figura que no tiene extremos precisamente. Como puntos de la circunferencia de la vida que gira y gira. ¿O somos nosotros los que giramos en el eje inmutable del tiempo y sus estaciones?

Y las olas te hablan con un fru-fru de guijarros rodantes, con un zas-zas de avalanchas de agua sobre la arena, que provienen de no se sabe qué latido extraño, que bombea, sin duda, el corazón del reloj del impasible tiempo.

Alargas la mano y coges esa obra de arte, hecha de paciencia y de tiempo. Esa pequeña piedra llena de suavidad, de contornos que son como caricias, de curvas cinceladas por el tiempo. Para que se acompase mejor con la ola, para que ruede mejor. Hasta formar parte perfecta del movimiento único del tiempo.

Son los frutos del otoño. El parto final del tiempo que termina.

Y tú vas huyendo, sin saber, del campo a la playa. Como guijarro rodante, al que el otoño va persiguiendo, cincelándote también, limando tus ángulos. madurándote como a los membrillos que todavía tú no recolectaste. Acoplándote, en definitiva, con el tiempo escaso, pero único, que te ha tocado vivir.

Octubre, octubre…


Una buena lectura para este tiempo: "Memorias del Sauce Curvo", ahora en promoción digital en Amazon:https://www.amazon.es/gp/product/B01MRRFGF1/ref=dbs_a_def_rwt_hsch_vapi_tkin_p1_i4.

También, en papel, en librerías de toda España: https://todostuslibros.com/libros/memorias-del-sauce-curvo_978-84-943883-9-2