sábado, 26 de noviembre de 2022

PARA ESTOS DÍAS CASEROS DE OTOÑO

 




PARA ESTOS DÍAS CASEROS DE OTOÑO

Ya casi nos habíamos olvidado de ellos, pero aquí están. Estos días lluviosos que nos meten en nuestras casas donde descubrimos que se pueden hacer tantas cosas.

Un placer para mí OFRECER COMO REGALO mi último libro (que es uno doble dedicado al suspense y a la intriga) a todos aquellos que elijan la lectura como una forma de enriquecer estos días.

Hay muchos lectores, pero me ha sorprendido que en solo 24 horas ya sea el número 1 en Amazon España y también que esté muy arriba en México y USA. Así que me atrevo a recomendarlo a todos mis amigos y estará gratis 24 horas más.

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lunes, 21 de noviembre de 2022

EXPERIENCIAS DE UN ACTOR INESPERADO

 




Desde que acepté, de una forma un tanto inconsciente, un papel de cierta relevancia que me ofreció su director y productor en el cortometraje de media hora "Por fin me jubilo", que yo mismo había escrito, a un tipo inédito en la interpretación como yo, he pasado por un tobogán de emociones.

Diez días de angustia, "me pondré nervioso", "me trabucaré con todo el mundo mirándome","retrasaré y encareceré el rodaje", "me tendrán que sustituir por otro", y otras lindezas. Pero diez días también de divertimento. Practicaba con mi mujer todos los días, yo en la ficción soy el marido de la protagonista, y acabamos convirtiéndonos en "Juan y Ainara". Algo que descubrí saludable y refrescante para cualquier pareja.

Descubrí también lo que es irse de bolos a hacer cine independiente. Levantarme a las seis de la mañana, recoger a otro miembro del equipo e irme conduciendo hasta Tudela, donde nada más bajarme del coche empezaba con mi primera secuencia. Noches de hotel, las mínimas.

Alguien me dijo una vez que, en el cine, todo se hace para los actores, pero sin los actores. Te visten, te cuidan, te maquillan, te preparan. Quince personas a tu servicio, pero solo para que hagas todo lo que ellos quieren de ti. Hasta que el director grita acción y tú te quedas desnudo ante la cámara que luego será la pantalla. Los actores nos unimos con los ojos, nos cogemos de las manos y nos damos ánimos mutuos y, cuando ya nos hemos transportado a nuestros personajes, todo resulta fácil. Somos como las novias preparadas con su traje de nupcias para que se casen con su personaje. Y el director, que es el cura, hace repetir una y mil veces la ceremonia hasta que queda a su gusto. Cuando no, va añadiendo sobre la marcha variantes no preparadas. Cuando por fin grita: "¡Lo tenemos!", un placer inmenso nos recorre a los actores: hemos dado todo lo que querían de nosotros.

La mayor parte de mis secuencias eran interiores pero, al final, por una serie de circunstancias tuve dos escenas en las dos plazas más importantes de Tudela y de Magallón. Con los curiosos mirándonos fijamente, comprendí el narcisismo del actor: un escudo con el que se cubre la desnudez de su intimidad. Un chaval, mientras preparábamos, me soltó a mí, tal vez porque le parecía el más mayor, o sea el que mandaba en aquello: "Oye, a mí me gusta el cine, sácame en tu peli". Si él supiera...

El corto se empezó a grabar en julio por los sanfermines, donde transcurre, pero hubo que suspenderlo, porque se iniciaba la película "La fuga" rodada parcialmente en Angola y se ha retomado ahora, casi en invierno. Así que teníamos que utilizar vestuario de verano en un día gélido de noviembre. En exteriores ensayábamos con los abrigos puestos y rodábamos en camisa.  Hasta diez veces por secuencia quitando y poniendo el abrigo, ¡si sobrevivo a esta no cogeré un catarro jamás!

El rodaje es una gran familia, se convive mucho, nos contamos muchas cosas. Comemos, nos cambiamos juntos, dormimos en el mismo hotel. Si hay buen ambiente es muy enriquecedor. En este caso lo fue.

Y el cine tiene una magia, un glamour, que permanece. Rodamos en casa de una señora mayor que también tenía un pequeño papel en la obra. Nos invitó a todo el equipo a una paella enorme en una casa de pueblo también enorme y entrañable. Nos juraba y perjuraba que, después del día de su boda, ese estaba siendo el día más feliz de toda su vida. Su marido sonreía al verla tan dichosa.

Yo volví, tras dos días, hace unas horas con mi mujer, que me acompañó en todo el viaje, disfrutando de un anochecer amarillo y rojo, bellísimo. También de pantalla de cine.

Y, de regalo, recibí un mensaje del director: "Has estado bien. Y ahora que has roto el  hielo, lo mismo te llamamos para otras cosas". Le dije que sí, claro. Ya iremos viendo. Por el momento vuelvo, y encantado, a mis letras, que es lo mío. En el fondo, lo vi meridiano anoche, un escritor es también un actor. Jugamos a crear personajes para otros, detrás de los cuales, tras un burladero de espejos y contraespejos, estamos nosotros mismos. Disfrazados de otro. Como hacen los actores.

FOTO: En la plaza de Tudela con la joven e interesantísima actriz Laura Sáez, mi hija en la ficción, mentalizándonos para el rodaje de la secuencia de los abrigos.

OTRAS FOTOS DEL RODAJE:

Rodando escena en el ambulatorio médico.


Parece que mentalizándome con las indicaciones del director:


Preparando escena de la cocina con la Ayudante de Dirección:




Comida en casa de Gloria, la entrañable señora Brígida del guión, radiante al fondo de la foto, abrazándose a nosotros.



Otra foto de la comida hecha precisamente por la "señora Brígida"




jueves, 10 de noviembre de 2022

ACTOR

 


Casi a primeros de año, cuando me jubilé, escribí una historia al respecto: “Por fin me jubilo”. Se me ocurrió hacer un guión y se lo mandé a Manuel Serrano, de la productora Tus Ojos. Si lo subvencionan, me vino a decir, lo hacemos. 

Pues bien, el corto se rodará la próxima semana, cosa que ya me había anticipado Manuel. Una gran alegría y, hasta ahí, todo fenomenal. Pero hoy me llama para decirme que ha pensado en mí para el segundo personaje más importante, y el primero masculino. Que me va muy bien el papel. Toma nísperos! Y claro, qué voy a decirle yo. Que sí, por supuesto.Y orgullosísimo.

Pero cuando he colgado me ha entrado el canguelo. Yo solo he salido en un pequeñísimo papel en una de sus películas, un cameo en “Semillas de alegría”. Pero esto es otra cosa.

Yo soy un tipo tímido, puedo serlo enfermízamente, como mi madre. Aunque también puedo ser un tío muy echado para adelante en determinados casos, como lo era mi padre. A ver cómo salgo de esta.

Estaba yo relajadamente mirando el mar, unos días de vacaciones por Altea, viendo tranquilamente cómo mi novela El astrónomo va subiendo a buen ritmo en las listas, y ahora me encuentro con esto: preso del miedo escénico. Menos mal que mi mujer me cuida y me anima  como solo ella sabe hacerlo.

En fin, espero no demorar en demasía el rodaje con mi inexperiencia y que podamos llegar sanos y salvos al estreno. Dios me coja confesado! Ahora hasta mis propios diálogos me parecen larguísimos!

FOTO: En el photocall del estreno el  pasado mes de marzo de la peli “Aquí y ahora, vida” en Madrid, donde participé como guionista y productor ejecutivo.



miércoles, 2 de noviembre de 2022

SOLOS TÚ Y YO

 



 

 Se irá este sol de noviembre
 que dora los sauces,
 se quebrará la paz
 de estos momentos felices.

 Caerá la lluvia helada
 sobre nuestras sonrisas
 inocentes.
 Esas que se besaron
 en las esquinas
 de este momento de luz.

 Huirán las cigüeñas
dejando sus nidos vacíos
 sobre las altas y desiertas
 y solitarias torres.

 Pasará el tiempo
 detrás de las cortinas
donde dormimos nosotros
 y nuestros sueños de futuro.

 Y las calles se llenarán de nieve y silencio otra vez.

 Sólos tú y yo
 en el duro invierno,
 helado y callado,
 de nuevo.
 Resistiendo en nuestra madriguera.

 El sol se ocultará días y días.
 El calor huirá tras los últimos tizones
 en la chimenea.
 Y solo se escuchará
 cómo cae la lluvia contra la ventana
 y esparce sus lágrimas en ella.

 Encogidos por el frío
 nos apretaremos el uno contra el otro, 
y nos cubriremos de besos,
 con la manta del amor
 y con el aliento del deseo.

 Caerá la noche larga.
 Y nos dormiremos abrazados,
 soñando con la primavera.
Apostaremos
 porque el mañana
 se seguirá aliando con nosotros,
una vez más.

Cuando el sueño nos gane,
cuando cerremos los cansados ojos,
cuando, ausentes y desvalidos,
  la oscuridad nos convierta
a nosotros
 prácticamente 
en nada,
nuestro amor resistirá
por los dos.

Y vencerá de nuevo, 
como tantas otras veces, 
a ese helado
y duro
invierno
que ya se acerca.