miércoles, 2 de noviembre de 2022

SOLOS TÚ Y YO

 



 

 Se irá este sol de noviembre
 que dora los sauces,
 se quebrará la paz
 de estos momentos felices.

 Caerá la lluvia helada
 sobre nuestras sonrisas
 inocentes.
 Esas que se besaron
 en las esquinas
 de este momento de luz.

 Huirán las cigüeñas
dejando sus nidos vacíos
 sobre las altas y desiertas
 y solitarias torres.

 Pasará el tiempo
 detrás de las cortinas
donde dormimos nosotros
 y nuestros sueños de futuro.

 Y las calles se llenarán de nieve y silencio otra vez.

 Sólos tú y yo
 en el duro invierno,
 helado y callado,
 de nuevo.
 Resistiendo en nuestra madriguera.

 El sol se ocultará días y días.
 El calor huirá tras los últimos tizones
 en la chimenea.
 Y solo se escuchará
 cómo cae la lluvia contra la ventana
 y esparce sus lágrimas en ella.

 Encogidos por el frío
 nos apretaremos el uno contra el otro, 
y nos cubriremos de besos,
 con la manta del amor
 y con el aliento del deseo.

 Caerá la noche larga.
 Y nos dormiremos abrazados,
 soñando con la primavera.
Apostaremos
 porque el mañana
 se seguirá aliando con nosotros,
una vez más.

Cuando el sueño nos gane,
cuando cerremos los cansados ojos,
cuando, ausentes y desvalidos,
  la oscuridad nos convierta
a nosotros
 prácticamente 
en nada,
nuestro amor resistirá
por los dos.

Y vencerá de nuevo, 
como tantas otras veces, 
a ese helado
y duro
invierno
que ya se acerca.