miércoles, 26 de enero de 2022

CUESTA DE ENERO

 




CUESTA DE ENERO

Creo que hay algo en la naturaleza que tiende siempre al equilibrio. A cada expansión, sucede una contracción, a cada allegro un adagio, a cada tormenta un arco iris, a cada primaveraverano un otoñoinvierno…

La cuesta de enero tiene algo de esto, sin duda. Su origen inicial fue el necesario ajuste de cinturón tras los fastos y gastos navideños. Pero para mí ya significa mucho más: es el proceso de ajuste general entre los sueños navideños y de principio de año y la dureza de la realidad de los anodinos días siguientes, entre la ilusión de la consecución de tus proyectos programados para todo el año y la necesidad de grandes dosis de energía para conseguirlos, entre la alegría de las celebraciones y de las promesas e intenciones y el pico y pala que te esperan apoyados en el quicio de la puerta…

Acabo de recibir una carta avisándome de algo que yo ya sabía, por ello no dejo de extrañarme del gran impacto que me ha producido. Me vienen a decir en ella, poco más o menos, que ya he trabajado bastante y que me llegó el tiempo de la jubilación, quiere decirse de la holganza y del dolce far niente.

Así que a mi cuesta de enero tradicional de todos los años le ha surgido una alternativa poderosa: cambiar el sufrimiento y el esfuerzo que supone conseguir retos más o menos difíciles, por el suave balanceo de ver pasar los días mirando el vaivén de las olas de la vida plácida, descansada y dedicada a ti mismo y a los que te rodean.

Todo ello, unido a diversos problemillas de salud, las goteras ya empiezan a aparecer, y al aldabonazo de la fecha en cuestión, el póker irrepetible: 2/2/22, está suponiendo un verdadero toque de atención a mi conciencia, tal vez para que esta, como la naturaleza, también busque su propio equilibrio.

Así que siguiendo el famoso: “Todo cambia, nada permanece”, que explicitó hace ya 2500 años el filósofo griego Heráclito, me dispongo a soltar, al menos momentáneamente, los trastos de la faena y me largo unos días a la playa a descansar y a ver lo que me pide el cuerpo. A digerir, en definitiva, todo esto que me está pasando a raíz de traerme el cartero la misiva que me recuerda que ya llega el 2/2/22.

Seguro que el mar con su sabio oleaje me traerá a la mente la receta adecuada para el próximo tiempo, que supongo no distará mucho de la que recojo yo en mi reciente libro: “La felicidad es una parada intermedia entre lo poco y lo demasiado”. Los tiempos cambian y nosotros, con ellos, también.

jueves, 13 de enero de 2022

¡"MIL PALABRAS PARA LA FELICIDAD" YA ESTÁ AQUÍ!

 






Una gran alegría poder ofreceros, ¡por fin!, MIL PALABRAS PARA LA FELICIDAD.

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UN LIBRO PARA AQUELLAS PERSONAS QUE BUSCAN PONER A LA FELICIDAD EN EL CENTRO DE SUS VIDAS.

Encontrarás en él las principales recetas de grandes pensadores y filósofos, los mejores consejos de los expertos y las experiencias personales del autor explicadas de una forma amena y fácil de leer. Con un ejemplo, con una vivencia, para cada una de ellas, que te permitirá saborearlas e incorporarlas rápidamente, si así lo decides, a tu propia experiencia vital.

Haremos juntos un recorrido por todo un año, por todas sus estaciones, meses y fechas significativas y cómo transitarlas felizmente.

Al final tendremos un compendio de todas las vitaminas necesarias para ser feliz y una aproximación a una fórmula mágica para la felicidad.

UN LIBRO PARA SABER MÁS DE LA FELICIDAD Y PARA APRENDER MÁS DE LOS MOMENTOS FELICES, Y NO TAN FELICES, DE NUESTRA EXISTENCIA.

“No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad” (GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ).


sábado, 1 de enero de 2022

AÑO NUEVO, COSAS NUEVAS

 


     Decía Mafalda, en una famosa viñeta, que no debíamos pedir a los años que cambiaran, sino que lo teníamos que hacer nosotros mismos.

     Yo creo que todos lo intentamos cuando comienza un nuevo año. Y entendemos que la mejor forma de cambiar nuestras vidas es acometer nuevos proyectos en ellas. Ahí van algunos de los que yo escribí ayer en el papelito que acabaríamos quemando en el "pote de los sueños", una vieja tradición familiar.

    . El más fácil, sin duda, es la publicación en este mes de enero de mi nuevo libro "Mil palabras para la felicidad", está ya todo hecho y a la vuelta de vacaciones de mi agente saldrá a la luz. Para mí, que he publicado ya nueve libros, no ha menguado ni un ápice la inmensa e íntima alegría de alumbrar un nuevo retoño. A este le tengo un cariño especial y estoy deseoso de ver la acogida del público lector.

   .Me hace mucha ilusión también trabajar en mi nueva novela "El donante", que quisiera compartirla con una persona muy especial para mí. Sé que esta me ayudará en tal empeño, pero todavía no he logrado convencerla para que, dejando a un lado su tradicional discreción, comparta cartel conmigo en la cubierta. Nada me gustaría más. A ver si logramos llevarla a buen puerto con ambos en el timón.

   . Hace tres años convencí  a mis dos hijos para sacar adelante juntos a  "Soñadores". Ahora me han liado ellos a mí con un nuevo proyecto mucho más difícil que aquel, y que nos va  a suponer todo un reto a los tres. Se llama provisionalmente "Directivos".  En él pretendemos desentrañar cómo se hace y qué hace un directivo moderno y analizar la situación, retos, amenazas y oportunidades, de los principales sectores de la economía española. Para ello habremos de contar, ya veremos si lo conseguimos, con miembros de la alta dirección (los ministros de su gobierno) de las grandes compañías españolas que cotizan en el IBEX. 

   .El otro día tuve un desayuno de trabajo con el productor de "Tus Ojos", Manuel Serrano, y me decía:  "No te metas en nada, y céntrate en la nueva peli de Viejos en apuros". No dejo de pensar en ello. Por supuesto que lo intentaré, y también en ayudarle en el estreno, que será en marzo, de "Aquí y ahora", ya totalmente rodada y de la que tuve que apartarme provisionalmente por una operación de cataratas. Aunque apuros voy a pasar: ya veremos cómo cocino a un tiempo los cuatro guisos.

    Pero siempre he creído que es mejor pasarse que no llegar. Y como decía Clint Eastwood, uno de los cineastas a los que admiro y que continúa haciendo películas a los 91 años, cuando le preguntaron que cómo lo conseguía, contestó: "Todas las mañanas cuando me despierto, se me acerca el viejo que hay en mí, entonces yo le cierro la puerta y no le dejo entrar". Pues eso mismo digo yo, maestro.

    Ayer por la tarde en los alrededores de El Sauce Curvo donde fuimos a pasar parte del último día del año y hablábamos, entre otras, de estas cosas.