Será el invierno que nos
mete en casa. O en nosotros mismos. Será el frío polar que vuelve. Qué se yo. O
la soledad que nos enseña su patita por debajo de la puerta. Aunque,
probablemente, siempre estuvo ahí. Tras todas las alharacas y los platillos de
las fiestas, cuyos ecos ya ni siquiera retumban en las paredes del olvido.
Son los fantasmas que
vuelven. Y que te recuerdan qué es lo que queda cuando se cierran las cortinas.
En la doméstica y artificial luz que te
rodea.
Será el espejo. Y su
cruda verdad.
Miras a tu alrededor y
tampoco es para tirar cohetes. La
situación de tu país es la que es. Por un momento albergaste la esperanza .
Pero todo el mundo enseña sus almenas. Y sus empalizadas.
Buscas una percha donde colgar una ilusión. Siquiera momentánea.
Y el caso es que tampoco
es que puedas quejarte de mucho. Bueno, de casi nada.
Será el invierno. Que te
recuerda que tus sueños, tus ángeles con alas, son solo sombras. Fantasmas. Que
te señalan, no mires a otro lado, todas las carencias.
Hay cosas que reconfortan tu mente, pero fuera, en la realidad, son solo escarcha.
Todo es frío a tu
alrededor. Hoy.
Será el invierno. Y su
desnuda estampa.
O la memoria.
Un mal día.
O será que te has ajustado
las gafas.
Escrito para el blog: www.eldiaquefuimosdioses.blogspot.com