miércoles, 30 de abril de 2025

miércoles, 23 de abril de 2025

FELIZ DÍA DEL LIBRO

 





Leer es la mejor forma de soñar. Y de viajar. Y la más barata. Porque soñar es cambiar de realidad, que es lo que hacemos cuando viajamos o, cuando sentados tranquilamente en nuestro sillón preferido, leemos y nos sumergimos en ese mundo nuevo que nos ofrecen los libros.
Yo, claro es, soy un amante de los libros. Apasionado, celoso, acaparador. Me gustaría leerme todos los libros del mundo. Vivir todas esas vidas. Experimentar todas las emocionas que contienen sus páginas. Soñar con todos los universos que envuelven sus metáforas. Recorrerme el mundo, sin cansarme, ni aburrirme jamás.
Porque a mí, desde niño, me enseñaron a soñar con los libros. A buscarlos, a hojearlos, a olerlos, a adivinarlos. Y luego a vivirlos. A tope. Y a recordarlos siempre, después.
Visitemos, pues, el rincón de los sueños. En los domésticos anaqueles de las casetas y de las librerías, aparentemente dormidas, suspiran tantas páginas que esperan una caricia nuestra para despertar y mostrarnos todo lo que esconden, remover nuestras conciencias, o hacernos más sabios, o más buenos, o más curiosos, siempre más cultos, más felices.
Y, para celebrarlo, la tercera edición de mi primera e inolvidable novela, a un precio testimonial.EL DÍA QUE FUIMOS DIOSES: https://shorturl.at/8823L

¡Vivan los libros!

domingo, 20 de abril de 2025

¡QUE SE CUMPLAN TUS SUEÑOS!

 

Ali, que se cumplan tus sueños. Las raíces de los sueños son los buenos recuerdos.

Como estos.

De toda la familia.

Un placer todos estos años.

¡Como los siguientes!

Momentos llenos de nervios pero, expectantes y bonitos, que vierto en este diario literario y personal, al menos por unos días.

Ahí van:

https://www.youtube.com/watch?v=Odmi8bXXbSQ




miércoles, 16 de abril de 2025

¡SE CASA MI NIÑA!

 


Yo tengo una niña

que se llama Alicia,

¡y es tan bonita!

que solo con verla

las penas quita.


Yo tengo una niña

y la quiero tanto

quiero todo lo bueno

y nada de lo malo...          ¿recuerdas esta nana?


Aunque aún falta, he preferido hacerte hoy este regalo.

Porque a partir de ahora todo tiene que ser futuro. El tuyo. El vuestro.

¡Brindo hoy por él!


Apuesto porque será luminoso.

Sin duda.

Como un día de domingo.

O como cuando amanece el sol.


https://www.youtube.com/watch?v=dsKq1jsB0HI





martes, 8 de abril de 2025

TODA UNA VIDA

 


Llega otro año más. Hasta conformar toda una vida juntos. Miro nuestros comienzos: ese "Tal como éramos" que he ido construyendo con las imágenes nuestras que han sobrevivido al paso del tiempo. Aquellos momentos de vino y rosas envueltos en aquel amor que arrancaba lleno de ilusión y de vida.

Tal com éramos 1: https://www.youtube.com/watch?v=4zTPBFiKzhQ

Tal como éramos 2:https://www.youtube.com/watch?v=sSOmsY3aU_Q



Y miro esta foto que te he hecho hace tan solo unas horas. Es fácil seguir enamorado de ti. Ha pasado el tiempo, pero no ha borrado tu sonrisa. Ni tu alegría. Ni la viveza de tus ojos. Ni tus ganas de conversar. Todo lo que me encandiló entonces, permanece. Y, a estas alturas, como nos decimos a menudo, ya no va a cambiar. Toda una vida juntos: la que ya hemos vivido y la que nos queda.

Encuentro este poema que escribí hace unos cuantos años y que forma parte de ese libro especial: Treinta y cinco gramos de oro. En él ya estaba todo esto que te digo hoy. Se llama precisamente "Hoy como ayer".


HOY COMO AYER


Tu sonrisa me seduce,
alegría y luz que sube a tus pupilas,
y a las mías, al verte.
Me seduce la armonía de tus labios.
La música de lluvia que cae sobre la tierra húmeda
que me trajeron tus pasos, me seduce.

Me seduce cuando caminas a mi lado
y vemos el mismo mundo
de forma tan diferente que nos hace reír.
Me seducen tus ojos chispeantes y risueños,
verte feliz me seduce,
acompasar nuestro paso.

Me seduce ver pasar los años contigo.

Amarnos por el día, me seduce,
con nuestras pequeñas cosas y nuestras rutinas.
Me seduce tu amor de noche,
cuando creamos nuestro mundo de dulzura y pasión,
bajo las estrellas que nos miran,
tu amor me seduce.

Me seduce ese mundo de recuerdos
de todo lo que hemos hecho juntos,
envejecer contigo me seduce.

Me seduce pensar en ti,
en tu compañía,
vivir los días que vendrán, me seduce.

Simplemente te quiero decir
que me seduces tú.
Como la primera vez que te vi,
como ayer,
como siempre,
me seduces.


Brindo por este año tan especial para nosotros. Y brindo también por el resto de nuestra vida juntos, que espero que sea larga y fructífera. Y tan feliz como lo ha sido siempre. Muchas gracias por todo ello.

miércoles, 2 de abril de 2025

TE QUEDAS CONMIGO

 


Hoy hubieras cumplido cien años, quiero decir que hoy cumples cien años, porque yo creo firmemente que sigues vivo en la otra vida. Siempre fuiste un hombre sabio, así que ahora lo serás mucho más. Dará gusto hablar contigo cuando nos veamos, que será en nada, el tiempo pasa rápidamente.

Como siempre, ahora saldremos a encenderte una vela en la iglesia del barrio, una sencilla liturgia para recordarte que te recordamos, yo, todos los días.

Hace ya más de cinco años, cuanto te fuiste escribí este "Te quedas conmigo". No cambiaría de él ni una coma. De hecho, forma parte de mi última novela: "Regreso al Sauce Curvo". Tu Sauce Curvo. ¡Feliz cumpleaños, papá! ¡Siempre en mi memoria!


TE QUEDAS CONMIGO

            Cuando te fuiste me dijeron los familiares y amigos: “Ahora tendrás que aprender a vivir sin él”. Pero ha pasado ya el tiempo suficiente para saber que no será así, porque te quedarás siempre conmigo.  Me diste tu nombre y un millón de cosas más que fui descubriendo con el tiempo, inclusive sigo haciéndolo todavía ahora, quiero decir ahora inclusive más.
            En mi libro “Memorias del Sauce Curvo”  sabes que escribí que los primeros años de nuestra vida generalmente están iluminados por el resplandor de la madre, pero que cuando la figura del padre emerge, se destapa por fin, te das cuenta de que su influencia será igual de significativa y tremendamente especial si eres también hombre. En dicho libro, aunque es una novela de ficción, cuento muchas anécdotas verdaderas que tuvimos juntos, como aquella en que me salvaste la vida cuando nuestro carro volcó en los verdes campos del Unquer.
            Muy pronto descubrimos juntos que yo sentía, me emocionaba, mayormente como mamá, pero que mi cabeza, mi manera de pensar, eran terreno tuyo. Y a eso te dedicaste con ahínco y perseverancia. Durante toda tu vida, sin cejar ni un solo día en tal empeño.
            Me enseñaste a leer textos varios años antes que en la escuela y, sobre todo, números interminables de trillones y trillones.  A tocar la guitarra, aunque nunca se me diera bien, que tú sabías de oído como músico de ronda del pueblo que eras y a jugar a las cartas en las tardes lluviosas de invierno. A ser un buen hortelano y a cuidar la tierra, a disfrutar del buen comer y del buen vino pero, también, a dejar de fumar si te lo propones y, sobre todo, a amar los libros, de los que tú te leías en tu última época más de cuarenta al año,  principalmente de la Guerra Civil.  Y, por supuesto, todos los míos y varias veces, porque has sido sin ninguna duda mi mejor lector. Un lector elogioso y animoso pero, también, exigente y crítico.
            Me disteis una gran formación en momentos dificilísimos para vosotros,  y te preocupaste de encaminar mis primeros pasos laborales. Puedo decir que lo más importante que sé de los negocios lo aprendí, no en la universidad, sino contigo, cuando tú cerrabas las compraventas o los alquileres inmobiliarios que te agenciabas, y yo, un joven estudiante entonces, me encargaba de redactar los contratos. “Pero, papá, yo no domino esto, solo corto y pego de aquí y de allá.” “No te preocupes, hijo, lo más importante es la cara de la persona y este no nos va a fallar”, decías. Y así era.
            Hemos tenido millones de conversaciones durante todos estos años, y hemos dado miles de paseos en Madrid o en El Sauce Curvo,  y puedo decir, sin miedo a equivocarme, que no me he tomado con nadie tantos vinos y cervezas como contigo, en los innumerables bares y cafeterías en los que quedábamos para hablar de tu vida, de la mía y de esta en general, y a las que tú acudías con tu inseparable periódico “El Mundo” bajo el brazo para llevar ventaja e intentar ganar todas las batallas dialécticas. Porque los hijos, ya lo sabes, crecemos más rebelándonos contra nuestros padres que acatando sus consejos. Y nosotros discutíamos tanto como nos queríamos, es decir, muchísimo. Pero siempre nos fuimos leales el uno al otro, empezando por la misma mujer que ambos amábamos. ¡Qué hubiera sido de mí, sin ti!
            Tomamos el último vino el día anterior a tu breve y postrera estancia en el hospital y me demostraste que es posible  esperar la muerte sentado tranquilamente a la puerta de tu casa, como se espera al autobús que llega puntual a su cita. En tu caso pasados ya los noventa y cuatro años. Una vida completa.
            Siempre fuiste para mí, y sigues siéndolo, una roca gigantesca, un cimiento lleno de amor propio, de resistencia, de fortaleza y de ambición para tu familia, curtido en una época dificilísima y llena de escasez.
             Y sé, además, lo más principal de todo: que yo he sido, y soy, (como mi hermana, por otra parte, lo es en hija), el hombre más importante de tu vida...   ¿Por qué entonces voy a vivir a partir de ahora sin ti?
             Si ahora además es inclusive más fácil todavía, porque ya no tengo que coger el teléfono para llamarte, ni tú ponerte los audífonos para  entenderme.
             Ni siquiera, ya lo ves, tengo que ir a tu casa, o tú a la mía, o a una cafetería, para estar un rato juntos.
            Y hablar de nuestras cosas y del mundo. Como hemos hecho  siempre.
           Porque tú nunca me has abandonado, digan lo que digan. Y yo sé, además, que siempre te quedarás conmigo.