Yo solía llevar a mi hija Ali a dormir. Eran los únicos momentos en que yo podía estar con ella, tras una dura jornada de un trabajo muy competitivo. Pasábamos un rato juntos y luego la echaba en su cuna. Pero, ella no quería dormirse ni por asomo. Y yo le compuse con ayuda de mi mujer una nana para tranquilizarla y que cerrara por fin los ojos.
Decía así:
Yo tengo una niña
que se llama Alicia
y es tan bonita
que cuando la miras
las penas quita.
Yo tengo una niña
que se llama Alicia
y es tan rubita
que es mismamente
una margarita
(Estribillo) Yo tengo una niña
¡y la quiero tanto!
quiero todo lo bueno
y nada de lo malo.
Hace unas semanas, en casa, mi hija Ali se acercó por mi despacho, donde yo últimamente trato de poner en orden algunas cintas digitalizadas y me dijo: "Jo, papá, me haría mucha ilusión volver a ver aquellas cintas donde me cantabais mi nana. ¡Búscalas, anda!".
Y yo, claro es, ¡presto!, traté de localizarlas. Y le pasé el archivo digitalizado.
Hace unos días mi hija se casó. Yo la llevé al altar entrando en la iglesia, absolutamente emocionado. Fue una ceremonia maravillosa, oficiada, además, por el mismo cura que nos casó a su madre y a mí, ya viejito, hace ya treinta y seis años. Todo un mundo de emociones y recuerdos me embargó.
Pero, la guinda me esperaba después. Antes de salir a la calle donde aguardaban los invitados para lanzarles los pétalos y el arroz, mi hija nos cogió del brazo a su madre y a mí e hizo una seña al coro rociero, una maravilla, que nos había deleitado durante la misa.
Allí descubrí, con lágrimas en los ojos, para qué había servido el archivo de nuestra nana. Yo casi nunca lloro, mis seis años de internado me hicieron duro como una roca, pero esta vez no me pude contener. Fue una grandísima y emocionante sorpresa. Tanta que, ni los fotógrafos ni nadie estaba sobre aviso, así que solo se grabó el estribillo final, cuando mi hijo por fin pudo reaccionar.
Mi hija se ha propuesto que el coro rociero la grabe en el estudio y la tengamos en su totalidad. No hubiera hecho falta, ya es bastante oro el que brilla en los momentos que tenemos.
Esta es la historia de esta nana. Una de las cosas más bonitas que me ha pasado en mi vida.
Ahí va, para este diario literario y personal. Al menos, por unos días.
https://youtu.be/qs8RBeLwZHo