domingo, 16 de marzo de 2014

MAS ALLÁ DE LA REALIDAD




MAS ALLA DE LA REALIDAD

Atender la realidad está muy bien. Para eso nos pagan, como diría alguien que yo me sé. Como al dependiente cuando atiende, solícito, a sus clientes en la tienda.

Y uno se va, después de un duro día de trabajo peleando con la exigente realidad, tranquilo a dormir. Con la sensación del deber cumplido. Con la impresión de habernos ganado la soldada. De haber justificado ese día de nuestra vida que alguien nos regaló.

No se puede pedir más. Otros se quedan por debajo. Me diría otro alguien que yo me sé.

Pero uno, a veces, no sabe a ciencia cierta cómo y por qué, alcanza días superproductivos. Días en los que más que correr para atender a la realidad perentoria de cada día, parece como si uno levantara del suelo y, desafiando las leyes de la gravedad sin esfuerzo alguno, se elevara por momentos y, después, extendiera las alas como un pájaro y volara cerca de esos soñados horizontes que están más allá.

Debe ser oficio de investigadores, de exploradores, de santos o de poetas. Que ven cosas, cada día, que otros no vemos. Que ven más allá. Y persiguen sueños, no para hoy. Ni para mañana. Sino tal vez para después. Para siempre.

A lo mejor es que ven más allá de nuestras propias narices. De nosotros mismos. De nuestro propio interés y orgullo. Como diría otro alguien que también yo me sé.

Y yo no sé nada.

Solo sé que cuando atisbo uno de esos días que tienen un plus. Que me llevan en volandas con más fuerzas que las que tengo. Y más lejos. Donde nunca había soñado llegar. Me pongo muy contento. Con esa alegría honda y difusa, que recordaré siempre. Y con esas sensaciones por las que merece la pena vivir.

Esos días los busco muchas veces. Aunque, como los tréboles de cuatro hojas, a veces tardan en aparecer.

Pero existir existen. Que yo los he visto.

Tal vez cuando uno se convierte en explorador. O, por momentos, en santo. O, tal vez, solo en poeta. A esos días me refiero.

https://www.youtube.com/watch?v=pMT1cCD5EHs
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