BEATRIZ BODEGAS, PRODUCTORA DE CINE, SOÑADORA INDEPENDIENTE Y
CREATIVA.
Hoy hemos entrevistado para el libro “Soñadores”, en este caso
“Soñadoras”, a Beatriz Bodegas, flamante
y vigente Premio Goya a la mejor película
del último año : “Tarde para la ira”.
Yo confieso de antemano que a mi todos los soñadores,
emprendedores, creadores y aventureros relacionados con el arte, me tocan de lleno. Debe ser la influencia de
un tío abuelo y mentor que tuve de niño
y que me decía: “El arte, no lo olvides nunca, Paquito, es la búsqueda de la excelencia, de la parte más espiritual y trascendente de
la que es capaz el ser humano”.
Yo, a estas alturas, no sabría decir si esto es así: he conocido a
gente interesantísima y valiosísima en otros apartados. Todo lo bueno es
alimento provechoso para el ser humano, que es, por otra parte, animal, dicen
que racional, insaciable de todo lo que alimente su espíritu y su cuerpo de la
trascendencia de los dioses que es lo único que, aparentemente , le falta a su
naturaleza caduca.
Beatriz Bodegas aúna en una sola persona el doble alma que, quizá,
también anida en el que escribe: una mente con el rigor infalible de los
números y de los contratos ajustados a derecho, junto con una corazón que se
inflama con una historia que conmueve, que hace sentir, que te remueve por
dentro y que te hace, en esencia, ser mejor, o conocer mejor el mundo, o tus
propios sentimientos, o los de los demás. Es decir, cine en estado puro. O
literatura. O arte, en definitiva.
Ella dice que le prima más el corazón, que vibra porque le gusta
lo que hace: conseguir que nazca una
película que, para mí, es como hacer nacer una flor, de belleza sin igual pero,
ay, efímera, bella y delicada como pocas
cosas en esta vida.
Una soñadora, sin embargo, con los pies en la tierra. Que se lanzó
a soñar por cuenta propia solo cuando contaba con un bagaje de experiencia de muchísimos años en Canal+ y en una de las
grandes: Warner Bros. Pero que sigue
conservando, a mi juicio, el amor por la artesanía, por la independencia. Por
la creatividad, que le aleja de los fríos números y de un enfoque
exclusivamente mercantilista.
Es una de las últimas entrevistas que completan, en número de 25, las que nos
hemos fijado para el libro “Soñadores”. Será, sin duda, una buena mentora para
todos aquellos que están dándole vueltas a su vocación, que apunta tanto al
arte, como a la consistencia y fiabilidad de un proyecto en el que se
comprometerán más de cien personas, para que otras levanten su cabeza de la
rutina diaria y miren al cielo. Y sueñen con otras vidas. Con otras historias.
Y se transporten, en su imaginación, sin riesgo alguno, al paraíso donde se
viven los sueños.