Las
palabras son las almenas
de
las altas torres
tras las que te escondes.
tras las que te escondes.
Y
las lágrimas las
enlatas
en los domésticos bricks
en los domésticos bricks
del
zumo de la cobardía
con
la que desayunas cada mañana.
Otro
día más.
Ya
no piensas en nada.
Sólo
en sobrevivir.
Como
un bebé al que lanzan
a la
piscina.
Hay
cien mujeres desnudas
duchándose
en tu bañera.
Y
diez perros orinando
todos
juntos en la misma esquina.
Otro
día más.
Hay
un camino lleno de rosas en sus orillas
y cien zarzas que las custodian.
Hay
un niño jugando al balón en el jardín
que
se ríe de ti cuando le das la espalda.
El
mar es un submundo de plásticos y orinas.
Y el
sol una llama que te abrasa,
o te
congela.
Dependiendo
de la distancia.
Ah, la distancia…
Otro
día más.
Hay
gente que se muere todas las noches.
O
quizás solo eres tú mismo
que
te sueñas en tu fin.
¿Mereció
la pena?
Hay
una tormenta sin arco iris.
Un
beso con mascarilla.
Hay
un cieno que inunda los parterres
de
las más hermosas flores.
Otro
día más.
Del libro, "Poesía, vida mía", de próxima aparición.