viernes, 28 de agosto de 2020

TODAVÍA QUEDA VERANO



     Vuelto de vacaciones en los madriles, echado en mi hamaca favorita de la terraza, releo “Los mares del Sur”, del maestro Vázquez Moltalbán, un premio planeta que tiene el mérito de mostrarnos cómo estos lejanos y exóticos mares pueden estar en cualquier esquina, en el trayecto de un autobús o en la memoria de cualquier cama perdida, manchada de sudor y de sueños.

     Yo estuve una vez allí, hace años, e inclusive les dediqué algún poema, como este Mar de Tasmania, que recojo en mi antología “Poesía, vida mía”.

     Porque esa es la magia de los libros,  que nos hacen viajar  sin maletas y sin virus, allá donde nuestra imaginación y unas buenas páginas nos trasporten.

     Sí, todavía queda verano. Para leer y para viajar seguro. Los libros pueden ser una buena forma en estos últimos días:




MAR DE TASMANIA
Cuando tú bajes, en nuestra cama,
las persianas de tus párpados cansados,
yo descorreré aquí, en el fin del mundo,
el visillo de la luz que inunda los espejos,
verdes y azules,
de los Mares del Sur.

Y, cuando tú ya no gobiernes tus pensamientos,
yo pintaré en ellos
la suavidad de las colinas onduladas
de la Isla de la Nube Blanca.

Te susurraré entonces, al oído,
la dulzura de las leyendas maoríes
de los Guardianes del Sueño.
Aquellos que inoculaban en la mente de su amada
el antídoto contra el desamor y el olvido,
que cría la distancia.