domingo, 16 de julio de 2023

FRAGANCIAS

 


“Poder disfrutar de los recuerdos de la vida, es vivir dos veces”

Marco Valerio Marcial

 

“Cuando uno extraña un lugar, lo que realmente echa de menos es la época que corresponde a ese lugar. No se extrañan los sitios, sino los tiempos”

Marcel Proust

 

“El recuerdo es el perfume del alma”

George Sand

 

 

FRAGANCIAS

 

     La vida que vives en el presente es una parte de la vida total, luego está la vida que recuerdas, la vida que esperas para el futuro, todo forma parte de la vida….

 

     Vas a casa de tu madre. Donde tú naciste. Y, de repente, te envuelven cien aromas que creías olvidados. 

 

     Los de esos muebles que te rejuvenecen por dentro, esa fragancia que descansa dormida, intemporal, en los armarios, en los rincones.

 

      La atmósfera cerrada, envolvente, tierna y ya, ay, callada para siempre, de tu niñez.

 

     Recorres las habitaciones y, cuando abres las puertas, recibes esa bocanada de aire cargada de aromas, de fragancias, de recuerdos que parece que todavía viven allí. 

 

     Y viven.

 

     Eres tú el extraño, el recién llegado, que aparece e irrumpe de repente en su mundo.


     Cuando terminas el recorrido vuelve la tristeza. Ya sabías que ocurriría. Tu madre ya no está. Y su oquedad la llena también un aroma especial, único y entrañable. Porque ella, en el fondo, sigue estando allí. Esperando en aquel mundo que una vez os unió.


     Tal vez la vida es solo una sucesión de presencias. Como la que tú dejaste en aquel primer amor de penumbras y de caricias. O en las sucesivas ilusiones que han llenado tu existencia.


    Al final queda el aroma, esa fragancia íntima, por donde pasaste tú y que es la última esencia que queda de tu devenir.


     Por eso, si respiras hondo te sientes tan bien. Y llevas a tu interior todos esos aromas de los que por allí pasaron antes que tú.

 

     Esa fragancia universal y conjunta que enriquece la vida de los que se incorporan a ella.

 

      Y, por ello, se llenan de una alegría tan honda y de una tristeza tan inexplicable, como la que tienen los niños que ríen y lloran sin saber todavía por qué.

 

 

IMÁGENES: Hoy estuve en El Sauce Curvo. Estoy estrenando este mirador en una casa auxiliar que tenían mis padres donde, cuando yo era niño, cuidaba de las gallinas. Teníamos también un huerto, yo ahora tengo una pequeña pradera de césped, lleno de rosales, de palma rizada, de lirios por los rincones. ¡Cuántos recuerdos!


Allí vi yo nacer a ocho cerditos una noche y corté mi primer árbol, cuando lo recuerdo todavía se me hiela la sangre de pena: una membrillera que no había hecho mal a nadie, sino darnos apetecibles membrillos.


Todos aquellos huertos, los chopos de Los Calzaízos, el mayestático Picozo, donde ahora está la antena, los altos de la Vega puedo verlos yo desde mi terraza, que me llena de recuerdos y también de nostalgia,

porque no puedo compartirlos con quien más me gustaría.


 Sí, solo puedo percibir la fragancia de aquel tiempo que ya se fue. Pero queda en nuestra memoria y en aquello que escribimos un día,  para el libro MIL PALABRAS PARA LA FELICIDAD:

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