viernes, 18 de agosto de 2023

VIAJE A SINGAPUR: LA CIUDAD DEL FUTURO.

 




Yo había estado ya en Singapur en el año 2007, por motivos profesionales, y ya me había impresionado mucho esta ciudad que es un mini estado en sí. Me quedé un fin de semana por mi cuenta en ella y allí, en un flechazo mutuo, arrancó la escritura de mi primera novela "El día que fuimos dioses", ambientada  en sus calles en su Libro I, "Lluvia en Singapur", que define el estilo literario de toda la obra.

Dieciséis años mas tarde compruebo que Singapur está en el podio de las grandes ciudades globales del planeta y quién sabe, para los gustos están los colores, si en primerísimo lugar. Para mí lo está. Y, en cualquier caso, debería ser de visita obligada para los occidentales, sobre todo para los jóvenes, para que conozcan la vanguardia de por dónde va el futuro.

Los europeos todavía nos consideramos el ombligo del mundo pero hace tiempo que ya solo somos lo que fuimos. La pujanza, la efervescencia, la ilusión y la creación de riqueza están en Asia. Y dicen que en la Costa Oeste americana, tengo pendiente una visita por allí, veremos.

Singapur te impacta con sus desarrollos espectaculares, el grandioso centro comercial y de ocio Marina Bay Sands, que no existía en mi primera visita, te deja boquiabierto, levantado en terrenos ganados al mar. Desde su terraza, con la piscina más grande y más alta del mundo, puedes disfrutar con el skyline de la ciudad, pero también de sus dos espectáculos diarios de luz, agua y sonido que congregan embobados a los visitantes. El parque y los invernaderos que lo circundan reúnen a la mayor colección de plantas tropicales del planeta. Y qué decir del Casino, del Art Science Museum, del centro comercial y de negocios. Todo ordenado y limpio, inundado de orquídeas por doquier...

No hay inversiones de esta magnitud en Europa. Pero no solo son las inversiones, la creación ingente de riqueza, hay una calidad de vida, generalizada, que  supera con creces a la que ofrecen las grandes ciudades europeas. En Madrid tenemos un gran Metro, y un gran Aeropuerto, pero cuando llegas allá te das cuenta de los extras de calidad que nos faltan, simplemente van delante, y por mucho. Y a unos precios más bajos que en España. Las cosas funcionan, son más amplias, más limpias y más hermosas. Así de sencillo, así de claro. Y la gente tiene más ilusión, es más amable. Hay mucha más seguridad.

El índice de calidad de vida, la falta de corrupción, la renta per capita, más del doble que la española, la calidad de la sanidad, el índice de competitividad y eficiencia. Singapur es un referente mundial en cada uno de estos indicadores.

¿Y cuál es el secreto? Supongo que hay muchos, yo me quedo con este: Singapur encabeza el informe PISA mundial de calidad de la enseñanza. Los profesores son respetados y pagados como una de las profesiones más importantes y de más prestigio en el país. A mí, cuando regreso a España, y veo lo que hay, esto me hace reflexionar. Sin una buena educación, no hay futuro. Así de sencillo.

Por ello me alegro muchísimo que nuestros dos hijos nos hayan acompañado. Para que vean de primera mano, quién va por delante. Inclusive estuvimos en Insead, su prestigiosa escuela de negocios, que comparten con Francia. Y les proporcioné un contacto, y una reunión, a esta edad, uno es solo ya su agenda, con la General Manager del BBVA Southeast Asia, Singapur es también un centro financiero de primer orden mundial, y portuario y sanitario y de turismo de calidad...

Yo todo eso se lo reconozco, también es verdad que está en las chimbambas y que tiene un clima de mierda, también así de claro, con un grado de humedad cercano al del agua. También les reconozco que manejan la diversidad religiosa y racial, que allí es intensa, de forma envidiable. Cuando llegamos celebraban la fiesta nacional, todos unidos, y se me caía la baba: todos juntos, blancos, rubios y amarillos... Igualito que en España, vamos. 

Pero uno ama a su país, más que a ningún otro y piensa, en su ingenuidad, que todavía es tiempo, que todavía tiene remedio, que tenemos una historia más importante que la de nadie y que solo nos hace falta lo que ellos tienen, una ilusión colectiva y una educación que forme a nuestros hijos para su mejor futuro. ¡Brindo por ello!

Yo probablemente no vuelva por Singapur. ¡Hay tantos otros sitios para visitar y el tiempo va menguando! Pero guardo en mi cabeza, para siempre, algunos ratos en la terraza de nuestro hotel a las tantas de la noche viendo el Sky Line de la ciudad o dándote un baño en la piscina con su temperatura tropical o rodeado de mis personajes de "El día que fuimos dioses", aquel tiempo..., todos lo llevamos en nuestro interior, pero a veces se despierta en una ciudad lejana y exótica que te lo recuerda, que te muestra que todo es posible...



En el avión, camino de Singapur, desde Ámsterdam, muy ilusionados. ¡Mereció la pena!


Frente al complejo Marina Bay, que no estaba operativo en mi primera visita.



Con mi chica en uno de los innumerables parques de la ciudad.




Aquí, con los jóvenes, que disfrutaron de lo lindo!





Con mi chica en la terraza del hotel del Marina Bay.




Alicia, Guillermo y Singapur.












En la noria de la vida, dando vueltas con mi amor de siempre.