Un escritor de nuestro tiempo, el británico Neil Gaiman, nos dice en lo
que cree; de forma muy clara, que se entiende muy bien: “Creo que la vida es un juego, que la vida es una broma cruel y que la
vida es lo que sucede cuando estás vivo y que lo mejor que puedes hacer es
tumbarte a la bartola y disfrutarla”. Una parte importante del mundo de
hoy, probablemente la parte con mayor
riqueza, o más materialista, piensa así.
Gandhi, el gran pacifista, pensador y político indio, decía por el contrario, de
forma también muy clara y entendible: “Si
la muerte no fuera el preludio a otra vida, la vida presente sería una burla
cruel”. En esto creen, o esperan, que viene a ser poco más o menos lo mismo,
otra parte importante de la población, quizás la menos favorecida, la que en su
interior sabe que en esta no va a conseguir grandes compensaciones y lo fían
todo a la futura.
Este dilema,
sobre si la vida se acaba en esta tierra o continúa luego, ha sido el debate de
fondo de la humanidad, desde que el mundo es mundo. Y me temo que continuará siéndolo
en el mundo que viene.
ARTÍCULO DE OPINIÓN ESCRITO PARA DIARIO IBEROECONOMÍA.