sábado, 11 de junio de 2022

DONDEQUIERA QUE ESTÉS ( PARA “LEJOS DEL SAUCE CURVO")

 






Sí, Germán sabe que todas esas flores que llamean en la pradera, que llenan nuestra vista y nuestra alma de tanta alegría, son solo un reclamo de seducción.  Una llamada para encontrar pareja, un ropaje de domingo para atraer al mejor partenaire con el que crear de nuevo vida.  Las flores son el maquillaje atractivo de las plantas, como los trinos son las canciones de amor de los pájaros, como la berrea es el grito desesperado de los ciervos para denunciar que no quieren seguir estando solos.

Solo el amor, la búsqueda de él, mueve el mundo de una manera tan gigantesca. Durante la adolescencia y la primera juventud nada habrá más importante en el mundo de los chicos y de las chicas que se asoman a él temblorosos y esperanzados.

Germán recuerda hoy ese tránsito. No sabe por qué, hoy ha soñado con Andalucía y con el flamenco. Hoy el viento en Madrid le trae la fragancia de Macarena. Estuvo a punto de llevarla a El Sauce Curvo, pero al final no pudo ser.

Dondequiera que estés/ te gustará saber que / por flaca que fuese la vereda / no malvendí tu pañuelo de seda / por un trozo de pan.

Y que, jamás, / por más cansado que estuviese / abandoné tu recuerdo a la orilla del camino. / Y, por fría que fuese mi noche triste, / no eché al fuego ni uno solo / de los besos que me diste.

Por ti, por ti brilló mi sol un día / y, cuando pienso en ti, / brilla de nuevo. / Sin que lo empañe la melancolía / de los fugaces amores eternos.

Dondequiera que estés / te gustará saber / que te pude olvidar / y no he querido. / Y por fría que sea / mi noche triste / no echo al fuego ni uno solo / de los besos que me diste.

Dondequiera que estés / si te acuerdas de mí.

Hoy Germán escribe en su ordenador estos versos que no son suyos, sino de un poeta inmenso que se llama Joan Manuel Serrat.  Pero solo porque un día prometió que nadie más escucharía los que él escribió para una flor de azahar que un día llenó su mente de esas extrañas mariposas, cuyas alas solo uno ve, en toda su belleza, cuando se alejan en la lontananza. Dondequiera que estés.