jueves, 15 de diciembre de 2022

CANSANCIO

 






 Había aquella magia
 tierna y azul…
 Pregúntaselo a la luna,
 siempre muda,
 sabe de lo que hablo.

 Había aquel corazón
 que latía a borbotones
 con el pálpito de los comienzos…
 Pregúntaselo al sol,
 cálido y lejano,
 sabe lo que pienso.
 
 No me digas que estoy ido,
 ajeno a la realidad,
 cuando me sorprendes,
 con la mirada perdida,
 en la ventana lluviosa y gris.

 Vivo como puedo,
 me mantengo prendido
 de unas briznas de aquel aire…
 Pregúntaselo al perfume de las rosas,
 marchitas y derrotadas,
 que ya no están.

 Apenas me mantengo a flote,
 navego en los reflejos de aquella luz,
 de aquella inocencia luminosa…

 Sobre este mar de cansancio,
 que desemboca
 en ese océano inmenso
 de decadencia
 que nos espera.

 Las horas se repiten, 
como los errores, 
los días van llenando de herrumbre
 los orificios de las venas.
 
 Me agarro a mi mente,
 ese almacén donde guardo
 todos los álbumes
 de aquellas fotos
 que nos hicimos.

 Me sumerjo en ellas.
 Son como un corazón,
 infantil y alegre,
 todavía sin estrenar.

 No me digas
 que estoy siempre en las nubes.
 Yo solo quiero
 beber de aquellas fuentes de ilusión,
dar cuerda otra vez al reloj 
de mi cansado corazón.


Para que no se me pare
en medio del día de hoy.
Para que no se detenga
 en mitad de este interminable otoño
                                            de la vida. 
  

Para el proyecto "Mil  palabras para envejecer bien"