jueves, 29 de diciembre de 2022

NAVIDAD BAJO EL SOL


Acabo de llegar a Madrid después de disfrutar de unas navidades llenas de luz, bajo un sol radiante. Nunca habíamos pasado estas fechas en nuestra casa de Altea. Y ha merecido mucho la pena.

Yo lo necesitaba. Este último trimestre del año he alumbrado la novela "El astrónomo",  me he involucrado como actor en "Por fin me jubilo", todo un reto para mí y, en los últimos días, eso sí, codo con codo con mi coautora, quiere decirse con mi mujer, hemos logrado sacar adelante 
nuestro sueño de publicar juntos "El donante", una novela que hará las delicias del gran público. Eso esperamos, al menos. Saldrá a la luz el próximo día 3 de enero en Amazon.

Días de sol y noches de cielo azul y estrellado, calles engalanadas de luces y belenes entrañables en la iglesia y en muchos rincones. ¡Viva la Navidad!

Y un placer disfrutar de la compañía de los hijos, sin ordenadores, casi sin móviles, con el único objetivo de descansar, disfrutar de estos momentos de sol y mar, antes de sumergirnos de nuevo cada uno en nuestras obligaciones y metas.

Yo todavía no tengo muy claro cómo voy a enfocar el año próximo. Tengo varios proyectos alternativos y todavía no me he decidido claramente por ninguno. Tengo una charla pendiente con mi agente en los próximos días y, a resultas de esta, me decantaré por unos o por otros. Tengo en marcha algunos libros de literatura más personal, pero las novelas destinadas al gran público están despegando con mucha fuerza y me impelen también en esa dirección. Yo soy un escritor atípico, dado que no busco primordialmente un éxito comercial, pero tampoco puedo obviar el agrado y la ilusión de llegar a un universo amplio de lectores. Así que ya veremos por dónde me lleva este 2023 que ya casi asoma tras las cortinas.

Aprovecho para desearos una feliz salida y entrada  de año y que maduréis también estos días vuestros proyectos para el nuevo curso.

Yo, como cierre de este año, registro en mi memoria y en las páginas de este diario literario y personal unas cuantas imágenes de esta navidad luminosa y soleada junto al mar de Altea.

Aquí, con mi coautora, guapísima, felices y relajados ya tras alumbrar a nuestro "Donante". Obsérvese mis labios con los restos de un helado de chocolate irresistible, que son mi perdición. Un placer inmenso haber coescrito este libro en la mejor compañía del mundo.





En el mirador de la Plaza de la Iglesia de Altea,  con las playas del Albir y el faro al fondo.






Nuestros dos vástagos en el restaurante de los Artistas de Altea, junto a la gran Marilyn.








Como continuación del Paseo de las Estrellas de Cine del Albir, han colocado en los malecones del paseo marítimo hacia Altea algunos objetos artísticos, como esta máquina de escribir tallada en piedra, no me pude resistir a aporrear sus teclas, con el mar, sereno e inmenso, de testigo.






En la subida al faro del Albir en un día bellísimo hasta el extremo.