jueves, 14 de noviembre de 2024

VUELTA AL TAJO

 


Lo bueno, siempre pasa rápido. Y, luego, parece que no ha ocurrido, o que ocurrió hace un larguísimo  periodo de tiempo.

Eso me pasa a mí. Acabo de aterrizar. Me hubiera quedado más en mi cabaña de Alicante pero, los nubarrones de la Dana no le dejaban a uno tranquilo. Y mi mujer, que es muy prudente, me señalaba el cielo a menudo.

Así que aquí estoy, metido ya de hoz y coz en el trabajo. He actualizado mi web, que ya era hora. Me ayudará una empresa especialista en breve, para, según me dicen, ponerla a la altura  del escritor que ya soy. ¡Toma ya! ¡Estos del marketing digital se lo saben vender!

A mí, este tema del marketing me aburre sobremanera, pero no me queda otra si quiero acercar mis libros a los lectores. En esas ando liado ahora.

Y pensando en mis proyectos para el año que viene. Tengo algunas ideas que me bullen en la cabeza. Yo las dejo que se peguen unas con otras, como hace la naturaleza, para hacer su selección natural, nunca mejor dicho.

Tengo, además, que hacer algunos vídeos para mi gente, que se lo he prometido. Y preparar algunas cosas, porque la primavera que viene será una muy especial para la familia.

Mi padre tenía un amigo que decía: "Convéncete, Francisco, solo hay dos tipos de personas: las que han nacido para trabajar, y las que han nacido para holgar".

Yo, soy de las primeras, sin duda. ¡Y no voy a cambiar! ¡Eso es lo malo!

En fin, cada uno tenemos que lidiar con nuestro destino. Y a mí este destino mío de pencar y pencar es lo que me hace feliz. Mi mujer me ha dejado ya por imposible, salvo unas barreras muy claras que me ha puesto, para no perderme del todo en la literatura y sus afluentes.

Así que feliz de nuevo en el tajo. ¡Hasta que me entre el agobio y huya de nuevo a hablar con el mar!

Mi web: www.franciscorodrigueztejedor.com



En la Cala de Finestrat, tomando un café en sus terrazas, con la DANA de testigo.




En mi cabaña, cada vez me gusta más ir allí. Tres grados más que en Madrid (de día) y seis más (de noche). Relax y relax. Y la poesía del mar.

PERO, AHORA TOCA MOVERSE. YO ME MOTIVO CON ESTE "QUE NO PARE EL BAILE" DEL ENTRAÑABLE BRYAN FERRY, AHÍ VA: https://www.youtube.com/watch?v=A8UWMFV7ONE

Y ALGO QUE ME ALEGRA EL DÍA SOBREMANERA: EL NUEVO ARTÍCULO DE MI HIJO, Y DE UN COLEGA, EN LA LBS Y QUE HOY RECOGE EN SU LINKEDIN. OTRO, COMO SU PADRE, QUE LE GUSTA PENCAR Y PENCAR...

domingo, 10 de noviembre de 2024

UNOS DÍAS DE DESCANSO.

 


Tras un primer lanzamiento, prometedor, de REGRESO AL SAUCE CURVO, este escritor  deja los trastos tirados en el suelo y se va unos días a su cabaña de Alicante a oxigenarse y a ver el mar, que le relaja mucho.

Así que se olvida de todo y de todos, y huye con su mujer, como hace cada vez más a menudo,
del mundanal ruido.

Espera volver en cuatro o cinco días con las pilas puestas para retomar la agenda.



Aquí os dejo este VIAJE EN AUTOMÓVIL que escribí hace tiempo. No hay nada mejor que un viaje de vez en cuando para renovarse por dentro. Ahí va:


UN VIAJE EN AUTOMÓVIL

No hay nada más agradable que dejarse llevar. Como el agua del río, que discurre por el cauce a impulsos de inercia y de espuma. Como las nubes, cuyo destino es pasar, creando esas figuras gorditas, gigantes y, sobre todo, fugaces, que adornan por momentos el artesonado del cielo.

El automóvil corta el viento y separa el mundo en dos mitades: la tuya y la mía. O quizá, es sólo la cremallera que engarza nuestras dos realidades para siempre. Aunque nunca es para siempre, ¿verdad? Pero quién sabe.

Miro tu perfil mientras conduces. Tus manos firmes al volante, controlando nuestro destino. Las mismas que anoche se colgaban de mi cuello como alegres enredaderas. Tu pelo descansa tranquilo sobre tus hombros en ese elegante bucle. Yo sé que en la oscuridad es sólo un nido de susurros, un bosque cálido donde se pierde mi aliento. Y las nubes pasan, sí, son como un palio alto y hermoso, bajo cuya bóveda inocente nosotros paseamos nuestro amor. Hay un oleaje verde y dorado que acuna las orillas. Y, cuando cruzamos el río por el puente, un destello luminoso nos hace ese guiño que señala a los elegidos del momento, a los que pasan por allí. Y, sobre todo, a los que son capaces de verlo.

De repente suena en la radio una canción antiquísima que, curiosamente, habla sólo de hoy. Con esos acordes cadenciosos que se sobreponen al ruido del motor y que hacen que tú te gires y me dediques esa sonrisa, única en el mundo, «El día que me quieras...»



Y, si te quieres relajar leyendo, hazlo con REGRESO AL SAUCE CURVO, alcanzarás la paz de la vida:  Amazon: https://t.ly/05tJH


Un viaje un poco más largo, a Arizona este verano. Aquí, junto a mi hijo al que echo de menos, está realizando un MBA en la London Business School, en el Gran Cañón del Colorado. ¡Ya queda menos para volver a vernos en Navidad!

miércoles, 6 de noviembre de 2024

ÚLTIMAS CORRECCIONES

 


Había recibido la opinión de media docena de lectores de confianza sobre mi novela REGRESO AL SAUCE CURVO. Ahora ya me están llegando las impresiones de los lectores anónimos, los más importantes sin duda.

Y, aparte de detectar algunos gazapos, en un libro de 100.000 palabras siempre los hay, me han apuntado cosas interesantes sobre el final y sobre algunos personajes.

Lo bueno que tiene Amazon es que es una edición viva, puedes incorporar,  modificar, añadir, aquello que creas que hace crecer tu libro.

Yo he modificado el final y he dado nuevas pinceladas a algunos personajes. 

He quedado muy satisfecho.

¡La recomiendo! Incluso obtener una segunda copia para ver cómo ha cambiado la novela.


https://www.amazon.es/REGRESO-SAUCE-CURVO-generaci%C3%B3n-matrimonio-ebook/dp/B0DJ391J7Q?ref_=ast_author_dp&dib=eyJ2IjoiMSJ9.4BUZmjHe7Vi8Zf4sNgpa-4KJSavMMjGZk9vVU5ghsxqO-S1x7rPiXoUtlWYRWtSIY5q63kOHlGJYwnGMolou6JciUE2JQh9X8Zon6aXNVeo-ZSfh886ee_g_4Cj8JgKtkP95kjc_HKGQMAqjgCjz84oqorXzP3t0dBrJQEzdStIlZSxNWmRvdwpUpmE0sz7vstcZvmklwqjb0-70-V9l6CLzbNQsaHYfi3ZuoT5rviE.Q_r5qVf-lbln3_85Zdo8LxMHZfjnM8ePlBStWOLQ_o0&dib_tag=AUTHOR




lunes, 4 de noviembre de 2024

OCTUBRE, OCTUBRE...

 


OCTUBRE, OCTUBRE…

Vuelves de una pequeña y doméstica vendimia, todavía con las manos llenas de savia. Y de zumo. Regresas de liquidar la huerta, con los tomates verdes y ateridos ya de frío. Y de soledad. De recolectar las últimas manzanas, ebrias de vida ya y luchando a duras penas con la fuerza de la gravedad.

Hay algunos charcos, recuerdas, donde las avispas, errabundas de horizontes, agonizan doradas por el sol. Y luego, con las plantas arrancadas y amontonadas, para que se sequen, queda un silencio varado de resonancias, de vivencias, de estaciones marchitas que entran en el túnel duro e incierto del invierno.

Y tú te alejas de este cementerio que son los campos en otoño, donde la muerte dulce avanza por las hojas, por las ramas, pintando los paisajes de una música cadenciosa de marrones, de ocres, de amarillos, que son pinceladas que colorean la sinfonía del fin, precisamente. La acuarela de lo que se acaba. El lienzo, donde el dueño del tiempo termina el ciclo de la vida.
Y tú te alejas y escribes desde las Playas del Albir, donde el viento junta a capricho las nubes en figuras regorditas y misteriosas, que nacen y mueren en solo un instante luminoso, lleno de lejanía y de luz.


Y octubre llena la playas de ancianos con su otoño a cuestas y de niños que todavía no han entrado en la rueda del aprender a marchas forzadas. Y tú los miras como extremos del mismo círculo, que es una figura que no tiene extremos precisamente. Como puntos de la circunferencia de la vida que gira y gira. ¿O somos nosotros los que giramos en el eje inmutable del tiempo y sus estaciones?

Y las olas te hablan con un fru-fru de guijarros rodantes, con un zas-zas de avalanchas de agua sobre la arena, que provienen de no se sabe qué latido extraño, que bombea, sin duda, el corazón del reloj del impasible tiempo.

Alargas la mano y coges esa obra de arte, hecha de paciencia y de tiempo. Esa pequeña piedra llena de suavidad, de contornos que son como caricias, de curvas cinceladas por el tiempo. Para que se acompase mejor con la ola, para que ruede mejor. Hasta formar parte perfecta del movimiento único del tiempo.

Son los frutos del otoño. El parto final del tiempo que termina.

Y tú vas huyendo, sin saber, del campo a la playa. Como guijarro rodante , al que el otoño va persiguiendo, cincelándote también, limando tus ángulos. madurándote como a los membrillos que todavía tú no recolectaste. Acoplándote, en definitiva, con el tiempo escaso, pero único, que te ha tocado vivir.

Octubre, octubre...

En este tiempo de recogimiento de mitad del otoño siempre es bueno dedicar un tiempo a la lectura. REGRESO DEL SAUCE CURVO está arrancando con fuerza, ya es uno de los libros más regalados de su género. ¡No te lo pierdas! EN AMAZON:  https://t.ly/05tJH


lunes, 28 de octubre de 2024

HOY SE PUBLICA MI MEJOR NOVELA: "REGRESO AL SAUCE CURVO"

 



Dicen que el autor siempre está enamorado de la última novela que ha escrito, eso yo creo que es verdad. Pero no siempre cree que es su mejor obra. Yo sí que creo que lo es "REGRESO AL SAUCE CURVO". Porque no hubiera podido escribirla antes de ahora y porque ha sido necesario escribir todas mis obras anteriores.

Así que no puedo más que recomendarla, aquí os dejo el link de información y descarga:  

Amazon: https://t.ly/05tJH 

REGRESO AL SAUCE CURVO: La novela de las parejas de nuestra generación.  Un retrato, también, de la España de nuestra época, que llega hasta nuestros días.


jueves, 24 de octubre de 2024

HOLLYWOOD, HOLLYWOOD...

 



      Junto al Teatro Dolby de Hollywood


                Con mi chica. De recién casados, de nuevo. Junto al hotel donde se rodó Pretty Woman, en Beverly Hills, con Richard Gere y Julia Roberts.
  



HOLLYWOOD, HOLLYWOOD…
Una vez me dijo el actor Imanol Arias, mientras rodábamos nuestro cortometraje Victorita, Victorita…, basado en mi novela El día que fuimos dioses, que él protagonizaba:
–Todo en el cine es mentira, excepto lo que es la película en sí, que, a veces, también lo es.
Cuando nos acercábamos a las montañas donde está el famoso cartel de Hollywood, nos dijo Nico, nuestro guía:
–Ese cartel, que se instaló en 1923, no anunciaba los estudios cinematográficos, sino que era el reclamo de venta de una urbanización que se estaba construyendo. De hecho, el primer cartel ponía Hollywoodland.
Yo pasé por alto esta inicial decepción y, cuando terminé de hacer las fotos por la ventanilla del autobús, pensé que no importaba el cartel, sino el alma de Hollywood: el Paseo de la Fama, con sus cientos de estrellas en él.
Resultó que el Hollywood Boulevard está en un barrio cutre, feo y sin gracia. El guía nos dijo:
–Vigilad vuestras carteras, hay muchos “dedos largos” que hacen el agosto, mientras los mitómanos se embelesan con las estrellas de la acera.
Y, era una acera, en verdad. Ni muy ancha ni muy cuidada. Con las estrellas de los famosos sin orden ni concierto. Nada de Paseo de la Fama, sino una acerilla cutre, cubierta con frecuencia por vendedores ambulantes.
Fuimos al famoso Teatro Dolby, donde se entregan los Oscars. Su fachada y entrada no desentonan con la acera: vulgar, y sin chispa ni gracia alguna. Tiene, junto a él, dos grandes estatuas doradas del tío Oscar. Allí me quisieron hacer una foto, que es la que pongo, a pesar de que se me nota mucho la cara de pasmo que tengo.
Yo, lo que deseaba era encontrarme con mi musa. Aquella chica de melena rubia, labios envolventes y sonrisa dulce, que había poblado muchos de mis sueños de chaval en el internado de Sigüenza. Pero, me recorrí la acera y no di con ella, me dijeron que había más de dos mil estrellas, y que en la acera de enfrente también había cielo.
Pero, mi mujer y mis hijos tenían otras urgencias menos platónicas y más prácticas: comer. Y qué mejor que hacerlo en el mítico Hard Rock Café de Hollywood. Así que allí fui, no me quedaba otra, a ponerme en la cola. Se dan mucho postín en él, crean una fila artificial de decenas de personas, pero, cuando entras, ves un montón de mesas vacías. Otra mentira más.
Allí, comes rodeado de carteles de estrellas en las paredes y te hacen una foto de regalo. Bueno, te hacen varias más, que si deseas tienes que pagar a precio de oro. La comida, correcta, sin más.
Yo, ansiaba por volver a la acera y descubrir a mi estrella. Le pregunté a un vigilante que había en la puerta. “¿Monroe? –me contestó– Esa debe ser de las antiguas, ¿no? Pues no tengo ni idea, pregunte por ahí”. Le hubiera dado una patada en semejante sitio.
Recurrí a mi hija, la más experta con el móvil de todos nosotros. “Papá, he encontrado una aplicación, donde pones el nombre de la estrella y te lleva a ella”. La aplicación en cuestión existía, pero aquel día no funcionaba eso de “llevarte a ella”.
Desesperado, el tiempo se nos echaba encima –teníamos que ir a Beverly HIlls (otro día escribiré de él), el otro barrio mítico para el séptimo arte– mi hija encontró por fin una solución manual. Consiguió una foto de la estrella de mi querida Marilyn. Se veía el suelo y un poco del edificio que estaba a su lado.
Empezamos a mirar por los cuatro puntos cardinales y creímos localizar la fachada del inmueble. Estaba lejos. Así que allí nos fuimos los dos corriendo mientras mi mujer y mi hijo buscaban al guía para pedir algo de tiempo.
Por fin, llegamos. Y allí estaba. En el suelo. No había claveles ni rosas sobre ella. Me estaba esperando con la misma sencillez e inocencia que inundaba mis sueños adolescentes.
Sólo por capturar de nuevo aquellos recuerdos, habría merecido la pena esta visita a Hollywood. Sí, Hollywood, Hollywood… Descubrí, que no estaba en Los Ángeles, sino en algún barrio, soleado y limpio, de mi corazón.
Si quieres recordar, hazte con mi última novela: “REGRESO AL SAUCE CURVO”. Lo pasarás bien. En Amazon: https://t.ly/05tJH

En el Paseo de la Fama, junto a la estrella de Marilyn, a la que llegué con la lengua fuera y con el corazón en la mano.


Siempre en mi recuerdo.

PARA EL PROYECTO: LOS VIAJES DE UN ESCRITOR.

lunes, 21 de octubre de 2024

¡ME SIENTO BIEN!

 




El sábado, noche en el Teatro Amaya, donde está hecha esta foto. Viendo el monólogo del gran David Fernández, aquel que se inventó el personaje de Rodolfo Chiquilicuatre, que fue a Eurovision y todo.

 Su obra se llama "No estoy bien". Un título solo para quitarse presión, en una obra que hace disfrutar y reír al espectador a mandíbula batiente, porque está realmente bien, superlativo. Pasamos todos un gran rato. Y, además, buen síntoma, se nos pasó la hora y media en un pispás.

Yo, que no necesito quitarme ninguna presión, me siento realmente bien con mi última novela: "Regreso al Sauce Curvo". Tengo la ventaja de saber que la media docena de lectores que la han leído me la han puesto por las nubes.

Ya la podéis adquirir en digital a  precio de preventa (-70%), solo hoy, y también en edición impresa. No os la perdáis, amigos. En Amazon: https://t.ly/05tJH . ¡La novela de nuestra generación! Una gran historia de amor y un retrato de nuestra época.