El pasado miércoles gasté, quiero decir invertí, todo un día con
una poetisa y novelista de bandera: Inma Chacón.
El motivo: la presentación de su última, y estremecedora, y
emotiva, novela: “Mientras pueda pensarte”, en la Asociación Cultural del
Espinar, donde fue elegido “Libro del Mes”, siguiendo a “Memorias del Sauce
Curvo”, de un servidor, que lo fue en el mes de abril y “A flor de piel”, de Javier Moro, el mes de
marzo.
Hice una presentación a dúo con mi amigo y compañero en tantas lides:
Javier de la Nava, por la mañana en el Instituto de El Espinar, ante los chicos
y chicas de bachillerato y por la tarde ante los lectores de la Asociación que
acudieron en masa.
Inma ha superado el difícil reto de continuar la obra de su
hermana Dulce, desaparecida prematuramente en 2003, y por la cual se hizo ella
escritora: se inició en el oficio para materializar el sueño de su hermana de
escribir “La princesa india”, su siguiente proyecto, si no hubiera muerto, que
solo existía entonces en su mente. Y qué mejor que encargárselo a su hermana gemela del alma: Inma. Y así se inició, con esta novela, esta
escritora, que tiene además una segunda vocación muy bella también: profesora universitaria.
Desde entonces Inma Chacón ha construido, siempre con su propia
voz, peldaño a peldaño, una obra consistente, importante, que abarca ya nada menos que cinco novelas y tres libros de
poemas, entre otras obras menores, en poco más de diez años. “Tiempo de arena”
fue finalista del Planeta en 2011.
Fue muy enriquecedora esta jornada, dado que el viaje, ida y
vuelta, lo hicimos los tres en el mismo automóvil desde Madrid y, aparte de las
presentaciones, tuvimos la oportunidad también de comer jun tos y dar un
precioso paseo entre los pinos de los densos bosques que rodean al pueblo.
Inma es, como su obra, sutil pero, a la vez, de férreas
convicciones. El mundo de los sentimientos, como en toda mujer y más si domina
las herramientas del lenguaje y la expresividad como ella, es un núcleo
literario importantísimo. Pero, también lo es, el papel femenino en la
sociedad, reivindicativo y, a la vez, enriquecedor de un mundo, muchas veces,
construido por y para los hombres. Por ello su literatura es un aire fresco
que, como ella dice, solo pretende en el fondo, contribuir a que más gente, y durante más tiempo, pueda ser más
feliz. También bucea en su obra Inma Chacón con valentía en el pegamento que
sutura nuestra sociedad actual y en las deudas y las hipotecas que todavía
arrastramos de nuestro pasado más reciente, que conviene revisar, en un proceso de recuperación de una memoria
justa y equilibrada.
Yo puedo decir que aprendí mucho a su lado: toda una veterana ya
en estas lides. Descubrí el amor y el mimo que dispensa a sus lectores, cuyo
contacto tiene que ser el necesario contrapeso a un oficio tan aislado y solitario
como el del escritor. Y también el espíritu de sacrificio y la disciplina (“yo
escribo todos los días, sábados, domingos y fiestas”). Y, por supuesto, las
ansias de perfección. “No escribo más de 3 folios por jornada. Tengo que dejar
tiempo para repasar. Lo hago hasta cinco veces. Y, en ocasiones, más”.
Y nos dejó una verdadera primicia. El título y la portada de su nueva novela, que
se publicará en septiembre por Planeta y que Inma acababa de recibir en el
móvil y nos la enseñaba, temblándole las manos de la emoción, como si
presentara a su nuevo hijo. Se llamará “TIERRA SIN HOMBRES”. Y promete, ya
desde el título. Ambientada en la Galicia de primeros del siglo XX va dedicada,
sobre todo, a aquellas mujeres llenas de temple y fortaleza, mujeres de
pescadores y emigrantes que se quedaban solas en el terruño, con un montón de
hijos que sacar adelante, mientras sus maridos se iban a pescar durante semanas
y meses o, tal vez años, buscando fortuna en América. Mujeres, como digo, de una pieza, “madres
coraje”. De las que todos conocemos un montón. Pero no solo en Galicia y hace
un siglo. Sino ahora, ahí, a nuestro lado, en nuestra vida diaria. ¡Va por
ellas! Y por nosotros, sus hombres.
Seguro que nos emocionamos y aprendemos con su lectura esas cosas
necesarias para ser, como anhela la autora, un poco más felices. Y durante más
tiempo.
Francisco Rodríguez Tejedor. Para el blog
www.eldiaquefuimosdioses.com y redes sociales.