viernes, 20 de junio de 2025

LA TERCERA PARTE

 





    Lo primero que hago todos los días nada más levantarme es regar las petunias que pueblan mi terraza. Siempre he dicho que no hay obra de arte que iguale a una flor. Y yo tengo centenares. En todo su esplendor. El arte es belleza y yo me dejo inundar por ella, buscando hacer un día bello también.
    Los que vamos para viejos, si no lo somos ya, vivimos como los niños, el día a día, el puro presente. Pienso en ello. Me digo: es porque no tenemos futuro. Nuestros planes son ya solo sobrevivir lo mejor posible y disfrutar del momento. Hasta que se acaben los mismos. Ojalá todavía tarden.



    Los niños tampoco tienen futuro. Me refiero a los niños por debajo de los siete años, antes de que les venga eso que antaño se denominaba uso de razón y, ahora, es por una parte la horma para meterlos en el zapato de la vida y, por otra, planificarles todas las cosas que tienen que aprender, adquirir, para vestir luego un buen calzado de mayores, su futuro es querer hacerse adultos, para por fin controlar el mundo para el que los han preparado. Pero, los niños niños, son como los viejos, se saben inermes y fuera de toda obligación, solo se columpian en un rayo de luz, aprenden a hablar sin darse cuenta, a andar porque les gusta ir más allá, buscan el abrazo de su madre, solo para sentir el calor y el cobijo protector y, por la noche, solo quieren que les cuenten cuentos de un mundo mágico que no existe. Para ellos también el tiempo es lo que están viviendo. Quizás, por eso, los viejos y los niños se llevan tan bien.
Termino la reflexión. Y el riego de las petunias. Y encaro este nuevo día.
Leo un mensaje de mi hijo desde Londres. Está feliz porque ha conseguido unas prácticas en un sector que le gusta, en las finanzas de élite: el Private Equity. Donde se trabaja mucho, es cierto, pero te lo premian muy bien. Me da un subidón, porque sé cuánto lo deseaba y lo que ha tenido que luchar. Él está lleno de futuro. Es lo que le corresponde, me digo, aportar valor a la sociedad que le ha tocado vivir. Y construir.
Recibo también un mensaje de mi librería de Guadalajara. La Diputación Provincial va a adquirir 60 libros míos para distribuir en sus bibliotecas. Quince por cada título seleccionado. Tres muy comerciales, lógico, me digo. Me conmueven, sin embargo, esos quince ejemplares de “Treinta y cinco gramos de oro”. Me considero un escritor de minorías. Soñar con una chica enamorada que, un día lluvioso, ve tu libro de canto en la biblioteca y le apetece leer unos cuantos poemas de él. ¡Qué se puede pedir más!



Con estas dos ilusiones, me lanzo a por este caluroso día de junio. Hoy tengo que llegar a las treinta mil palabras, la tercera parte de mi novela. Es un trabajo arduo aunque ya tengo mucho oficio. A veces, se me olvida este y me conmueven mis personajes hasta las lágrimas. Vivir estos momentos de creación igualan a los vividos junto a las petunias. Solo por ellos merece la pena vivir, me digo.
Y, cuando me canso, me como un helado de chocolate doble, el Double Chocolate de Magnum, como si fuera droga dura, y voy a ver la reserva que tengo hecha para el día 25 en que viajaré a la linde entre Málaga y Cádiz. Allí hay un apartamento con una de las mejores vistas que yo he conocido. O tal vez solo son mis ojos que lo ven así. Lo compramos hace más de quince años, qué jóvenes éramos entonces, como inversión que gestiona una importante compañía hotelera que lleva todo el complejo, pero, todos los años, sin dejar ni uno, vamos una semana por allí y pedimos ocupar nuestra casa, aunque en realidad no lo sea. Y, tal vez por ello, disfrutar más de esa breve fugacidad de lo bello.
Vuelvo a sentarme de nuevo ante este diario literario y personal después del mega esfuerzo que he hecho. Hoy he cumplido: 29871 palabras. Tendré que llevar a mi mujer a cenar y al cine, que se está fresquito. Vivir al lado de un escritor, uno de los oficios más solitarios del mundo, no debe ser fácil, y hay que compensarlo.
Sí, mañana será otro día y habrá que buscarle también un sentido, entre la ficción y la realidad.
        Las petunias, como cada mañana, me esperan para ayudarme.



domingo, 15 de junio de 2025

ESCRIBIENDO Y VIVIENDO

 




Una de las normas que me tengo impuesta cuando escribo el primer borrador es: escribir todos los días, sin dejar ni uno solo, para favorecer la inmersión en la historia.

En la novela que empecé a escribir el día 1 de junio, pero que lleva en mi cabeza varios años,  no lo estoy cumpliendo. A medida  que uno envejece, le cuesta más abandonar la vida y recluirse como un monje tibetano en sus mundos interiores, quiere decirse literarios. Tal vez, porque se es consciente de que le queda poco y quiere atesorar todos los instantes, especiales eso sí, los normales importan menos, que la vida le pone por delante. 

Así que echo la vista atrás y hay un ramillete de días que no he escrito ni una palabra pero, he vivido: la visita inesperada de mi hijo que relataba hace poco en este diario literario y personal, una boda marchosa, donde disfruté como un chaval hasta las seis de la mañana...¡en la disco!, ¡qué dura fue la resaca!, un par de visitas a El Sauce, el césped crece y hay que segarlo y regarlo, no acabo de configurar bien el riego automático, mi mujer me dice que todo es una excusa para visitar mi pueblo, la verdad es que me gusta pasar un día de vez en cuando en él, más no, porque me aburro, hablar con antiguos amigos de escuela y juventud, filosofar con ellos sobre la vida, sobre aquel pasado y sobre lo que nos queda, acordarme de mis padres y de los múltiples recuerdos de ellos que me rodean por doquier, respirar ese aire y ese sol tan limpios, tan puros..., pensar en mis personajes mientras siego el césped con la segadora,  conducir por aquellos caminos y carreteras que tanto significan para mí, etc...

Hoy hago el recuento de palabras y llevo unas veinte mil, en torno a un veinte por ciento. Uno es ya solo oficio, como dijo no sé quien que ahora no recuerdo.  Sí, cada vez escribe uno con más oficio, es cierto, se es más productivo con menos tiempo. O, quizás, me gusta pensar que uno es ya solo literatura: cuando escribe y cuando disfruta, y ya no necesita trazar ninguna línea divisoria en su vida. En fin, de alguna manera hay que ilusionarse para vivir este último tranco de la existencia. Yo hoy le doy a la tecla y, cuando me canso, pienso en el Sur, todos los años voy una semana por allí. En la frontera entre Málaga y Cádiz hay un apartamento con unas vistas sobre Gibraltar y África que me enamoran, una cala de pescadores donde pasear y darse un chapuzón, un restaurante de pescado fresco, de allí mismo, donde saborear unas coquinas, o unas almejas. Columpiarse en una rayo de luna que brinca del mar a tus ojos. Llenarte de la juventud de antes con tu pareja de siempre, sí, hay muchas cosas más allá de escribir... Iré a finales de junio, si nada se tuerce.

Y, para julio, estamos pergeñando un viaje toda la familia a Londres a ver a nuestro retoño. Sí, son respiros momentáneos, alejamientos de mis personajes literarios que necesitan mi aire para respirar y yo necesito renovarme fuera para traerles a ellos lo mejor de mí mismo.

www.franciscorodrigueztejedor.com

sábado, 7 de junio de 2025

DÍAS INESPERADOS

 

Cuando tienes un hijo viviendo en el extranjero hay una alegría doble para compensar su ausencia. Que se acuerde de ti y te llame por teléfono, ahora también puedes verte con el vídeo, o que te regale una visita inesperada, fuera de las vacaciones.

Yo no puedo quejarme de lo primero: hablo con él todos los días y varias veces. Sigo estando en su vida y él en la mía. Como yo digo, hablamos inclusive más que antes: cuando vivíamos bajo el mismo techo en Madrid, donde, a veces, cada uno estaba en su mundo y solo cruzábamos monosílabos por los pasillos. Eso sí, de vez en cuando, nos dábamos un paseo por unas callecitas muy tranquilas de chaléts y poco tráfico que hay en nuestro barrio, y así nos poníamos al día.

Pero las visitas fuera de turno son otra cosa. Nuestro mundo, el de su madre y el mío, se para y gira todo a su alrededor. Le organizamos su agenda: médicos, fisio, peluquero, tiendas de ropa, comidas con familia etc. Son días intensos en que se condensa y se diluye tanta ausencia que nos espera luego. Todavía le queda hasta Navidad en la London Business School y luego hasta junio en la Wharton de Philadelphia.

O eso creíamos nosotros, en esta visita nos está anticipando, y convenciendo, de que no volverá a España en algunos años. Hay más oportunidades fuera, salarios mucho más altos, y está en la edad y en la situación de hacerlo.

Así que yo ya me he hecho a la idea y rogando, además, que siga acordándose de nosotros y nos llame tan a menudo como ahora. Y nos regale, de vez en cuando, estas visitas inesperadas que nos llenan de verdor y alegría.

FOTOS: en uno de nuestros últimos viajes juntos, el pasado verano en el Cañón del Colorado.





lunes, 2 de junio de 2025

TODOS LOS PAISAJES

 


Siempre tuvo hambre de triunfos, sed de aventuras, necesidad de reconocimientos.

En el ocaso, descubrió que todos los paisajes estaban en uno.

Montó un chiringuito en una perdida cala que le daba para comer. 

Y gastaba el tiempo hablando con la gente y enamorándose de cada puesta de Sol.


Hace ya década  y media que escribí este microrelato y que fue recogido en "Los mejores 101 momentos de amor", ese texto que fue elegido como "libro del día" en una ocasión por la Biblioteca Nacional del Perú.

Acabo de regresar de mi cabaña de Alicante, mi chiringuito particular de la felicidad. Siempre que voy allí me acuerdo de este micro. Y de esas sensaciones de laxitud, de bien estar y de bien sentir, que me identifican con el nirvana de la vida. Algún día me quedaré allí para siempre y no volveré. El mar y yo, el viejo y el mar, como el clásico relato de Hemingway, prendidos ambos de una puesta de sol interminable, y de esa compañía femenina íntima y sedosa que ya es casi como la mía propia.

La víspera de volver me llegó por azar esta melodía de "Fly me to the moon", versión de Shoby@Izzie Naylor, y todavía me costó más aceptar esa ley universal de la gravedad, dejar de flotar, poner otra vez los pies en la tierra y regresar.

Tal vez porque para mí todavía todos los paisajes no están en uno. Quiero decir, para mi pesar. Mi mujer me dice que yo no soy de lo uno o lo otro, sino de lo uno y lo otro. Claro, así siempre hay alguna otra cosa más que tira de mí, léase mi nuevo libro,  y me despierta del nirvana.

Así que, aquí estoy,  metido,  de hoz y coz, en mi nueva novela. Desbrozando los primeros pasos del camino, los más difíciles, hasta que encuentre el pulso, y el tono, en el que me encuentro más a gusto para dar todo lo que sé. A mí mismo y a los futuros lectores.

Ahora bien, ya sueño con volver, tras este ingente esfuerzo, y aún antes, a mi chiringuito de la felicidad, que tal vez lleve este nombre porque no es el de todos los días. O darme el placer de un viaje a un sitio lejano con un mar diferente o, qué se yo, solo son las viejas zanahorias que uno se pone delante, para producir valor y también para olvidarse de que cada día que pasa le hace a uno más viejo, con la esperanza de que, como dice el dicho, le haga también un poco más sabio, y, sobre todo, un poco más feliz. Hasta que todos los paisajes se conviertan en uno.

No dejes de visitar mi página web: www.franciscorodrigueztejedor.com, seguro que encuentras en ella algo que te gusta.


FOTOS: en la subida al faro de El Albir, hace unos días. Y junto al Mar Negro hace unas semanas.








domingo, 25 de mayo de 2025

LLEGA EL VERANO

 



Parece que, ahora sí, ya llega el verano. Yo me estoy marchando para mi cabaña de Alicante. Junto al mar quiero afianzar en mi cabeza los últimos giros de mi nueva novela, que empezaré, sí o sí, el uno de junio.

Es curioso, pero yo casi siempre escribo en verano. Su luz y su alegría me dan el entusiasmo suficiente para acometer con ganas algo tan arduo, tan solitario y tan sacrificado como es escribir un libro.

Tengo  la historia en mi cabeza. Solo me hace falta ya verterla en el papel. A cinco folios diarios, en cuarenta días, sin faltar ni uno solo, eso sí, tendré el primer borrador.  Por si en algún momento me da el bajón por el esfuerzo, pensaré en la recompensa que me he preparado para cuando termine. Siempre lo hago, me lo enseñó un viejo amigo, amaestrador un tiempo de delfines, es el mejor método para conseguir de alguien, inclusive de ti mismo, lo que quieres. Así que, deseando que llegue agosto, con mi trabajo terminado para obtener mi regalo.

FOTO: el pasado verano en Yosemite Park, California.

Y mi agente me pasa mi nueva biografía de autor, que figurará en mis nuevos libros empezando por esta novela. Ahí va: https://www.amazon.es/stores/author/B071DP2WMT/about


domingo, 18 de mayo de 2025

TODOS LOS BESOS

 


Todas las emociones. El tiempo, las estaciones, solo son una suma de emociones, de momentos pegados a los sentidos, alguien dijo, ahora no me acuerdo quién, que los sentidos son las ventanas del alma. Y el alma es esa incandescencia, ese rescoldo íntimo, que da calor, luz y energía a todo lo que somos.

Todos los besos. Besos de luz, de música, en la caída de la tarde. Hace tres semanas se casó mi hija. A ciento cincuenta metros de nuestra casa. La casó el mismo cura que a sus padres y ella llevaba la misma diadema de flores que su madre. El tiempo pasa pero no se va. Se queda prendido en las emociones de una tarde.

Hoy vuelve mi hija de viaje de novios y he querido regalarle a ella y a su marido este manojillo de imágenes, de luces, de besos y de emociones, de cuando salieron de la iglesia.  Han sido, no sé, seis o siete móviles diferentes, cuyos dueños han sido tan amables de enviarme las imágenes que grabaron de forma espontánea.  Mezclarlo todo ha sido un reto. Y un disfrute. El recuerdo es abrir de nuevo la caja de las emociones. Yo soy solo un artesano de lo que vi, de lo que sentí. Y me siento muy afortunado.

Ahí va, para este diario literario y personal, al menos por unos días: https://youtu.be/82QexMZMJwU

Lo veo una última vez y me acuerdo de otro regalo que le hice poco antes de su boda. Sí, el tiempo no pasa. Solo es la misma emoción que gira sobre su eje, como hace la tierra todos los días. Pero, el tiempo sí nos da la oportunidad de intentar cumplir nuestros sueños.  Y yo le deseo que cumpla los suyos en él: 

https://youtu.be/Odmi8bXXbSQ?si=ebxLFwHuxsFVx5vP



viernes, 16 de mayo de 2025

LA MUJER, LA MÚSICA Y EL CINE

 




Déjame tomarte de la mano,
déjame mirarte a los ojos
déjame a través de mi mirada
darte todo mi esplendor.

Déjame quedarme aquí,
déjame besarte ahí,
donde guardas tus secretos,
los más oscuros 
y los más bellos.

Te regalo mis piernas,
recuesta tu cabeza en ellas.
Te regalo mis fuerzas,
úsalas cada vez que no tengas.

Te regalo las piezas
que a mi alma conforman,
que nunca nada
te haga falta a ti.

Te voy a amar hasta morir,
te voy a amar hasta morir...

Déjame jugar contigo,
déjame hacerte sonreír.
Déjame darte mi dulzura
para que sientas lo que sentí.

Déjame cuidarte,
déjame abrazarte.
Déjame enseñarte
todo lo que tengo
para hacerte muy feliz

Te regalo mis piernas,
recuesta tu cabeza en ellas.
Te regalo mis fuerzas,
úsalas cada vez que no tengas.

Te regalo las piezas
que a mi alma conforman,
que nunca nada
te haga falta a ti

Te voy a amar hasta morir,
te voy a amar hasta morir...

El otro día descubrí esta canción de Carla Morrison viendo la turbadora serie de Netflix El jardinero. Su sencillez y autenticidad me caló hondo. La música, la letra, la poesía hecha por mujeres tiene esa intimidad, esa emoción que a mí me desarman.  https://www.youtube.com/watch?v=39o-RH2OlCU

Y ayer fui a ver la tan traída y llevada "También esto pasará", el bestseller de la escritora Milena Busquets.  Yo no lo he leído y así pude disfrutar de nuevas de esta película escrita, dirigida, interpretada, musicada por mujeres. Sin apenas argumento ni tensión dramática, la película te emociona con un torrente de sensibilidad, de sentimientos, de imágenes y de música.  Con ese título tan precioso que bien podría ser un mantra para conducirse bien durante toda la vida. Cuando no puedas más con la tristeza o la alegría te emborrache hasta hacerte perder el control, dite a ti mismo: "También esto pasará".

Cine, poesía, música, mujeres,... ¡no nos perdamos los hombres a la mitad del mundo!

FOTO: con la estupenda actriz Laura Sáez, de pareja de actores en Tudela en 2022 en el corto "Por fin me jubilo", para quien también coescribí el guión de Hoy es todavía, que ella protagonizaría  un año más tarde.

lunes, 12 de mayo de 2025

VIAJE A BULGARIA: ESA GRAN DESCONOCIDA.








 

     El escritor llega a la conclusión de que los españoles tenemos una idea muy escueta de Bulgaria. Cuando comunica a un par de amigos sus intenciones, el primero le suelta: "Paco, recuerda que el búlgaro es solo un idioma, ¿eh?". 

     Y el escritor se sonríe y recuerda cuando, en tiempos de la Transición, él, que amaba mucho el teatro y también estaba escueto, pero de dinero, iba de aplaudidor contratado a los estrenos y así se veía gratis toda la cartelera, que incluía también un montón de revistas y obras eroticofestivas tan frecuentes en aquella época del "destape". Allí estaba de moda referirse como "el búlgaro" a ese oscuro objeto de deseo, que diría Buñuel, que se esconde al fondo entre las piernas de las chicas. 

     Lo del segundo fue todavía, si cabe, más escueto y definitivo: "Pues yo no voy allí ni por asomo, la tierra de ese cabronazo de Hristo Stoichkov, que tan malos tragos nos hizo pasar". Sí, los madridistas todavía no hemos olvidado a aquel delantero búlgaro del Barça, que tenía tanta calidad como mala leche.

     Tal vez por todo ello, El Corte Inglés aloja al llegar a Sofía a las dos docenas de turistas intrépidos que se han lanzado a esta aventura en uno de los hoteles más lujosos, y también más decadentes, de la capital: el hotel Marinela, más conocido como "el japonés". Tiene un lobby de marear, en el que destacan media docena de esculturas de soldados japoneses, y unas habitaciones con unas camas enormes en donde el escritor, eso sí, duerme más solo que la una, no logrando encontrarse jamás entre sueños, como le gusta, con el cuerpo de su amada esposa que debe estar, acaba suponiendo, por lo menos dos metros más allá, distancia que, como todo el mundo sabe, equivale a varias leguas entre las sábanas. En fin.

     Sofía alegra al escritor con uno de los nombres femeninos más bonitos que existen, allí la llaman Sófia, y un apellido que el escritor añora: sabiduría, su significado en griego antiguo. Una sentencia adorna su escudo y conmueve al escritor hasta la médula: "Crece, pero no envejece". Decide, claro es, abrazarse a ella y no soltarse de allí ni por asomo.

     Pero, esa misma mañana, los sacan en volandas de Sofía, volverán al final del viaje, y los conducen como a un rebaño de obedientes ovejas a Plodvid, la segunda ciudad del país. Hasta aquí llegaron las huestes romanas y su civilización, cada vez más el escritor se percata de que solo ha habido de veras un verdadero imperio global en la historia: sí, todo se lo debemos a los hermanos Rómulo y Remo,  y a la loba Luperca que los amamantó en aquellas colinas. Plodvid exhibe, orgullosa, un teatro, primo sin duda del de Mérida, donde se celebran estrenos teatrales y hasta conciertos de pop y de rock, ¡toma ya! Si Titto Maccio Plauto levantara la cabeza... Y también unas callejas en el casco viejo, entrañables y acogedoras, llenas de hondura  y de historia.

     Por la noche los llevan a una cena típica del país, amenizada por un cantante altísimo, casi todos los búlgaros que el escritor ha conocido podrían jugar al baloncesto, y unas  bailarinas esbeltas y sugerentes también, vestidas según manda el folclore local, que se marcan una especie de jotas de lo más alegres y vistosas, mientras los clientes le damos a la carne y al vino Ludoviko, una especie de Rioja más marchoso que la cabra de la Legión.

     No sabe por qué, a los postres, el escritor es la primera elección de una de las danzarinas que se acerca a su mesa y le invita a salir al escenario para formarle en sus bailes. La música está alta así que se aproxima y se lo dice al oído. Él, la verdad, se queda, más que paralizado, mudo. No sabe si ha dicho ya que vino a este viaje bastante acatarrado, últimamente su salud es una eme y, para colmo, durante el almuerzo los comensales de su mesa, con él a la proa, se enzarzan en una encarnizada discusión política casi violenta, ¡y eso que no había catalanes!, de las que son comunes ahora en España, y la misma le ha dejado sin el hilillo de voz que le quedaba, es decir, absolutamente afónico.

   Así que intenta disculparse con la bailarina como puede, sin que a  ella le llegue palabra alguna. Por lo cual, esta se aproxima más y más, hasta acabar envolviéndole  los labios con su oreja. Pero, ni por esas, tras unos segundos de espera, se queda estupefacta y hasta dolida con tan persistente silencio.

    Acaba por huir, pasmada, hacia otro viajero, que este, sí, accede gustoso. El escritor le hace una seña a su amigo para que le explique a la bailarina búlgara lo que pasa y luego los ve alejarse charlando hasta el escenario. Desde éste, la guapa moza que, además, se mueve con la alegría y la dulzura de los ángeles, esboza una cautivadora sonrisa hacia el escritor que le resarce de todas sus penalidades. Otra viajera, médico de profesión, que acabará convirtiéndose en una gran amiga, le facilita un antiinflamatorio que, junto al calor de una cama normal en el nuevo hotel, resultan ser los mejores aliados para convertirlo de nuevo en un hombre completo.

     Y poder encarar así, con energía e ilusión renovadas, el camino hacia ese mar oscuro y misterioso al que apellidan el Negro.

     (Escrito en unas servilletas en el avión de vuelta hace unas horas. Continuará).

www.franciscorodrigueztejedor.com

jueves, 1 de mayo de 2025

NANA DE ALI

 

     Yo solía llevar a mi hija Ali a dormir. Eran los únicos momentos en que yo podía estar con ella, tras una dura jornada de un trabajo muy competitivo. Pasábamos un rato juntos y luego la echaba en su cuna. Pero, ella no quería dormirse ni por asomo. Y yo le compuse con ayuda de mi mujer una nana para tranquilizarla y que cerrara por fin los ojos.

     Decía así:

     Yo tengo una niña 

que se llama Alicia 

 y es tan bonita 

que cuando la miras

las penas quita.


     Yo tengo una niña

que se llama Alicia

y es tan rubita

que es mismamente

una margarita


     (Estribillo)  Yo tengo una niña

¡y la quiero tanto!

quiero todo lo bueno

y nada de lo malo.


    Hace unas semanas, en casa, mi hija Ali se acercó  por mi despacho, donde yo últimamente trato de poner en orden algunas cintas digitalizadas y me dijo: "Jo, papá, me haría mucha ilusión volver a ver aquellas cintas donde me cantabais mi nana. ¡Búscalas, anda!".

     Y yo, claro es, ¡presto!, traté de localizarlas. Y le pasé el archivo digitalizado.

     Hace unos días mi hija se casó. Yo la llevé al altar entrando en la iglesia, absolutamente emocionado. Fue una ceremonia maravillosa, oficiada, además, por el mismo cura que nos casó a su madre y a mí, ya viejito, hace ya treinta y seis años. Todo un mundo de emociones y recuerdos me embargó.

     Pero, la guinda me esperaba después. Antes de salir a la calle donde aguardaban los invitados para lanzarles los pétalos y el arroz, mi hija nos cogió del brazo a su madre y a mí e hizo una seña al coro rociero, una maravilla,  que nos había deleitado durante la misa.

     Allí descubrí, con lágrimas en los ojos, para qué había servido el archivo de nuestra nana. Yo casi nunca lloro, mis seis años de internado me hicieron duro como una roca, pero esta vez no me pude contener. Fue una grandísima y emocionante sorpresa.  Tanta que, ni los fotógrafos ni nadie estaba sobre aviso, así que solo se grabó el estribillo final, cuando mi hijo por fin pudo reaccionar. 

     Mi hija se ha propuesto que el coro rociero la grabe en el estudio y la tengamos en su totalidad. No hubiera hecho falta, ya es bastante oro el que brilla en los momentos que tenemos.

      Esta es la historia de esta nana. Una de las cosas más bonitas que me ha pasado en mi vida.

      Ahí va, para este diario literario y personal. Al menos, por unos días.

https://youtu.be/qs8RBeLwZHo

           


miércoles, 30 de abril de 2025

miércoles, 23 de abril de 2025

FELIZ DÍA DEL LIBRO

 





Leer es la mejor forma de soñar. Y de viajar. Y la más barata. Porque soñar es cambiar de realidad, que es lo que hacemos cuando viajamos o, cuando sentados tranquilamente en nuestro sillón preferido, leemos y nos sumergimos en ese mundo nuevo que nos ofrecen los libros.
Yo, claro es, soy un amante de los libros. Apasionado, celoso, acaparador. Me gustaría leerme todos los libros del mundo. Vivir todas esas vidas. Experimentar todas las emocionas que contienen sus páginas. Soñar con todos los universos que envuelven sus metáforas. Recorrerme el mundo, sin cansarme, ni aburrirme jamás.
Porque a mí, desde niño, me enseñaron a soñar con los libros. A buscarlos, a hojearlos, a olerlos, a adivinarlos. Y luego a vivirlos. A tope. Y a recordarlos siempre, después.
Visitemos, pues, el rincón de los sueños. En los domésticos anaqueles de las casetas y de las librerías, aparentemente dormidas, suspiran tantas páginas que esperan una caricia nuestra para despertar y mostrarnos todo lo que esconden, remover nuestras conciencias, o hacernos más sabios, o más buenos, o más curiosos, siempre más cultos, más felices.
Y, para celebrarlo, la tercera edición de mi primera e inolvidable novela, a un precio testimonial.EL DÍA QUE FUIMOS DIOSES: https://shorturl.at/8823L

¡Vivan los libros!

domingo, 20 de abril de 2025

¡QUE SE CUMPLAN TUS SUEÑOS!

 

Ali, que se cumplan tus sueños. Las raíces de los sueños son los buenos recuerdos.

Como estos.

De toda la familia.

Un placer todos estos años.

¡Como los siguientes!

Momentos llenos de nervios pero, expectantes y bonitos, que vierto en este diario literario y personal, al menos por unos días.

Ahí van:

https://www.youtube.com/watch?v=Odmi8bXXbSQ




miércoles, 16 de abril de 2025

¡SE CASA MI NIÑA!

 


Yo tengo una niña

que se llama Alicia,

¡y es tan bonita!

que solo con verla

las penas quita.


Yo tengo una niña

y la quiero tanto

quiero todo lo bueno

y nada de lo malo...          ¿recuerdas esta nana?


Aunque aún falta, he preferido hacerte hoy este regalo.

Porque a partir de ahora todo tiene que ser futuro. El tuyo. El vuestro.

¡Brindo hoy por él!


Apuesto porque será luminoso.

Sin duda.

Como un día de domingo.

O como cuando amanece el sol.


https://www.youtube.com/watch?v=dsKq1jsB0HI





martes, 8 de abril de 2025

TODA UNA VIDA

 


Llega otro año más. Hasta conformar toda una vida juntos. Miro nuestros comienzos: ese "Tal como éramos" que he ido construyendo con las imágenes nuestras que han sobrevivido al paso del tiempo. Aquellos momentos de vino y rosas envueltos en aquel amor que arrancaba lleno de ilusión y de vida.

Tal com éramos 1: https://www.youtube.com/watch?v=4zTPBFiKzhQ

Tal como éramos 2:https://www.youtube.com/watch?v=sSOmsY3aU_Q



Y miro esta foto que te he hecho hace tan solo unas horas. Es fácil seguir enamorado de ti. Ha pasado el tiempo, pero no ha borrado tu sonrisa. Ni tu alegría. Ni la viveza de tus ojos. Ni tus ganas de conversar. Todo lo que me encandiló entonces, permanece. Y, a estas alturas, como nos decimos a menudo, ya no va a cambiar. Toda una vida juntos: la que ya hemos vivido y la que nos queda.

Encuentro este poema que escribí hace unos cuantos años y que forma parte de ese libro especial: Treinta y cinco gramos de oro. En él ya estaba todo esto que te digo hoy. Se llama precisamente "Hoy como ayer".


HOY COMO AYER


Tu sonrisa me seduce,
alegría y luz que sube a tus pupilas,
y a las mías, al verte.
Me seduce la armonía de tus labios.
La música de lluvia que cae sobre la tierra húmeda
que me trajeron tus pasos, me seduce.

Me seduce cuando caminas a mi lado
y vemos el mismo mundo
de forma tan diferente que nos hace reír.
Me seducen tus ojos chispeantes y risueños,
verte feliz me seduce,
acompasar nuestro paso.

Me seduce ver pasar los años contigo.

Amarnos por el día, me seduce,
con nuestras pequeñas cosas y nuestras rutinas.
Me seduce tu amor de noche,
cuando creamos nuestro mundo de dulzura y pasión,
bajo las estrellas que nos miran,
tu amor me seduce.

Me seduce ese mundo de recuerdos
de todo lo que hemos hecho juntos,
envejecer contigo me seduce.

Me seduce pensar en ti,
en tu compañía,
vivir los días que vendrán, me seduce.

Simplemente te quiero decir
que me seduces tú.
Como la primera vez que te vi,
como ayer,
como siempre,
me seduces.


Brindo por este año tan especial para nosotros. Y brindo también por el resto de nuestra vida juntos, que espero que sea larga y fructífera. Y tan feliz como lo ha sido siempre. Muchas gracias por todo ello.

miércoles, 2 de abril de 2025

TE QUEDAS CONMIGO

 


Hoy hubieras cumplido cien años, quiero decir que hoy cumples cien años, porque yo creo firmemente que sigues vivo en la otra vida. Siempre fuiste un hombre sabio, así que ahora lo serás mucho más. Dará gusto hablar contigo cuando nos veamos, que será en nada, el tiempo pasa rápidamente.

Como siempre, ahora saldremos a encenderte una vela en la iglesia del barrio, una sencilla liturgia para recordarte que te recordamos, yo, todos los días.

Hace ya más de cinco años, cuanto te fuiste escribí este "Te quedas conmigo". No cambiaría de él ni una coma. De hecho, forma parte de mi última novela: "Regreso al Sauce Curvo". Tu Sauce Curvo. ¡Feliz cumpleaños, papá! ¡Siempre en mi memoria!


TE QUEDAS CONMIGO

            Cuando te fuiste me dijeron los familiares y amigos: “Ahora tendrás que aprender a vivir sin él”. Pero ha pasado ya el tiempo suficiente para saber que no será así, porque te quedarás siempre conmigo.  Me diste tu nombre y un millón de cosas más que fui descubriendo con el tiempo, inclusive sigo haciéndolo todavía ahora, quiero decir ahora inclusive más.
            En mi libro “Memorias del Sauce Curvo”  sabes que escribí que los primeros años de nuestra vida generalmente están iluminados por el resplandor de la madre, pero que cuando la figura del padre emerge, se destapa por fin, te das cuenta de que su influencia será igual de significativa y tremendamente especial si eres también hombre. En dicho libro, aunque es una novela de ficción, cuento muchas anécdotas verdaderas que tuvimos juntos, como aquella en que me salvaste la vida cuando nuestro carro volcó en los verdes campos del Unquer.
            Muy pronto descubrimos juntos que yo sentía, me emocionaba, mayormente como mamá, pero que mi cabeza, mi manera de pensar, eran terreno tuyo. Y a eso te dedicaste con ahínco y perseverancia. Durante toda tu vida, sin cejar ni un solo día en tal empeño.
            Me enseñaste a leer textos varios años antes que en la escuela y, sobre todo, números interminables de trillones y trillones.  A tocar la guitarra, aunque nunca se me diera bien, que tú sabías de oído como músico de ronda del pueblo que eras y a jugar a las cartas en las tardes lluviosas de invierno. A ser un buen hortelano y a cuidar la tierra, a disfrutar del buen comer y del buen vino pero, también, a dejar de fumar si te lo propones y, sobre todo, a amar los libros, de los que tú te leías en tu última época más de cuarenta al año,  principalmente de la Guerra Civil.  Y, por supuesto, todos los míos y varias veces, porque has sido sin ninguna duda mi mejor lector. Un lector elogioso y animoso pero, también, exigente y crítico.
            Me disteis una gran formación en momentos dificilísimos para vosotros,  y te preocupaste de encaminar mis primeros pasos laborales. Puedo decir que lo más importante que sé de los negocios lo aprendí, no en la universidad, sino contigo, cuando tú cerrabas las compraventas o los alquileres inmobiliarios que te agenciabas, y yo, un joven estudiante entonces, me encargaba de redactar los contratos. “Pero, papá, yo no domino esto, solo corto y pego de aquí y de allá.” “No te preocupes, hijo, lo más importante es la cara de la persona y este no nos va a fallar”, decías. Y así era.
            Hemos tenido millones de conversaciones durante todos estos años, y hemos dado miles de paseos en Madrid o en El Sauce Curvo,  y puedo decir, sin miedo a equivocarme, que no me he tomado con nadie tantos vinos y cervezas como contigo, en los innumerables bares y cafeterías en los que quedábamos para hablar de tu vida, de la mía y de esta en general, y a las que tú acudías con tu inseparable periódico “El Mundo” bajo el brazo para llevar ventaja e intentar ganar todas las batallas dialécticas. Porque los hijos, ya lo sabes, crecemos más rebelándonos contra nuestros padres que acatando sus consejos. Y nosotros discutíamos tanto como nos queríamos, es decir, muchísimo. Pero siempre nos fuimos leales el uno al otro, empezando por la misma mujer que ambos amábamos. ¡Qué hubiera sido de mí, sin ti!
            Tomamos el último vino el día anterior a tu breve y postrera estancia en el hospital y me demostraste que es posible  esperar la muerte sentado tranquilamente a la puerta de tu casa, como se espera al autobús que llega puntual a su cita. En tu caso pasados ya los noventa y cuatro años. Una vida completa.
            Siempre fuiste para mí, y sigues siéndolo, una roca gigantesca, un cimiento lleno de amor propio, de resistencia, de fortaleza y de ambición para tu familia, curtido en una época dificilísima y llena de escasez.
             Y sé, además, lo más principal de todo: que yo he sido, y soy, (como mi hermana, por otra parte, lo es en hija), el hombre más importante de tu vida...   ¿Por qué entonces voy a vivir a partir de ahora sin ti?
             Si ahora además es inclusive más fácil todavía, porque ya no tengo que coger el teléfono para llamarte, ni tú ponerte los audífonos para  entenderme.
             Ni siquiera, ya lo ves, tengo que ir a tu casa, o tú a la mía, o a una cafetería, para estar un rato juntos.
            Y hablar de nuestras cosas y del mundo. Como hemos hecho  siempre.
           Porque tú nunca me has abandonado, digan lo que digan. Y yo sé, además, que siempre te quedarás conmigo.

lunes, 31 de marzo de 2025

EN PROFUNDIDAD

 



EN PROFUNDIDAD

Pocas veces me han realizado una entrevista tan en profundidad, como la que me hace ese gran poeta,  relatista, editor y divulgador cultural que es Alonso de Molina, para su revista DE SUR A SUR, la revista para los escritores y poetas de España y Latinoamérica, que impulsa también la autora Libertad González. 

https://www.desurasurediciones.com/alonso-de-molina-entrevista-al-escritor-espa%C3%B1ol-francisco-rodr%C3%ADguez-tejedor/

Por supuesto, os animo a echarle un vistazo, pero, también, a que hojeéis la revista, donde colaboran una interantísima pléyade de escritores y poetas en español (este número se puede descargar gratuitamente). 

Los escritores  que empiezan o que sienten la inquietud de  escribir algún día, encontrarán muchas sugerencias y servicios para dar forma a sus sueños.Como decía Joan Didion: «Escribir es un acto de descubrimiento; a veces no sabes realmente lo que piensas hasta que lo pones en palabras”.

Y, si escribir es un placer, leer es mucho más, según nos dejó dicho el gran Jorge Luis Borges:  «Que otros se enorgullezcan por lo que han escrito, yo me enorgullezco por lo que he leído». ¡Feliz lectura, amigos!

sábado, 29 de marzo de 2025

AQUELLOS QUE NOS DUELEN

 

Todos los días me acuerdo de ti. Sin dejar ni uno solo.

Pero hay días en que más. Como hoy. Debe ser la cercanía de tu cumpleaños y que mañana iré a verte a Sace.

Cuando te fuiste, un agosto de hace ya cinco años, escribí un poema lleno de ausencia y de dolor. Un gran poeta y amigo lo recitó. Y hoy lo escucho y me siento todavía más cerca de ti.

https://www.youtube.com/watch?v=LcgNuQXOZtI

martes, 25 de marzo de 2025

LA PRIMAVERA: UN AUTÉNTICO REGALO.





UNA MAÑANA DE PRIMAVERA

 

       De repente: una mañana. Tal vez ha sido por  el tradicional cambio de hora. O, quién sabe por qué. Descorres el visillo que inaugura el mundo  y un torrente de luz alumbra, por primera vez, esas cavernas interiores en las que has  hibernado en los últimos meses.

 

     Te preparas un café y sales a la terraza. Hay un colegio en frente y un griterío de niños reviste de una alegría inocente, extraña,  imparable a los rayos de sol, que te parecen más brillantes que nunca. Dos brochazos de una blancura reluciente,  desafiadora,  llena de íntimo orgullo, parecen salirse del cuadro e inundan tu retina. Son esa pareja de almendros, que exhiben sus galas de fiesta que dormían en el armario. ateridas de frío y que, hoy,  visten de organza, y de espuma, esa esquina del jardín.

 

     Hay dos adolescentes que se besan al sol apoyados en la verja con los ojos cerrados. Y algo en ti, también se emociona y te conmueve: Será el milagro de la primavera. Será ese pálpito que todavía late abriéndose paso, un año más, entre tanta frustración y desesperanza.  Será esa savia nueva o, al menos, renovada, que cura las heridas del cansancio, y de la desazón.  Será esa nueva oportunidad  que nos da la vida de participar en ese coro que llena de estruendo, y de color,  la naturaleza , que nos rodea.

 

     Un pajarillo se posa por un momento en la balaustrada y nuestras miradas se cruzan fugazmente.  Luego, lleno de vivacidad, de gracia, de hermosura, en un escorzo velocísimo se lanza al espacio y me invita, o eso creo yo, a que me deje caer también al vacío, sin frenos y sin paracaídas, para columpiarnos los dos en ese rayo de sol que cruza el aire esta mañana y la llena de la pureza de cuando éramos niños.





Y, para celebrar la llegada de la primavera, un regalo para mis lectores:nueva edición de una de mis novelas más leídas, con esta oportunidad única que tardará mucho en repetirse. Te invito a que te acerques a ella si todavía no la has leído. ¡Pasarás un buen rato! ¡Hay que entrar en la primavera con buen pie!

¡NUEVA EDICIÓN! (LA ANTERIOR, 275 RESEÑAS EN AMAZON).
UNA POTENTE TRAMA INTERNACIONAL CON SUSPENSE, ROMANCE E INTRIGA.
¡APROVECHA ESTA OPORTUNIDAD ÚNICA!



viernes, 21 de marzo de 2025

POEMAS DEL ÚLTIMO CAMINO.

 

Hace ya bastantes años yo tuve un delicado tema de salud. En un chequeo me descubrieron algo que podía ser sumamente peligroso. Cosa que, desgraciadamente, se confirmó en las pruebas posteriores.

El escritor tiende a literaturizar todo lo que le ocurre.  Así nació, en aquel tiempo, aquel libro incipiente que se llamó: "Poemas del último camino". En él se encontraba este, llamado "Las últimas flores".

Algunos meses más tarde, pedí una segunda opinión médica a uno de los mejores doctores en aquella especialidad y, aunque, le costó varios intentos, por fin consiguió demostrar la intuición que él tenía con mi caso. Yo tenía una cosa rarísima, muy infrecuente, pero muchísimo menos dañina que lo que parecía. Y, afortunadamente, todavía sigo aquí.

Hoy reparo en este poema y en sus hermanos que lo acompañaban y, como todo escritor que se precie,  busco nuevos horizontes para todo aquello que he escrito, en este caso al dictado de mi terrible situación de entonces. Así que toda esta literatura de despedida formará parte de mi libro "Yo también me iré", en el que iré vertiendo sin prisa, pero sin pausa, todas aquellas experiencias y sensaciones cercanas a nuestra despedida final. Espero que la confección de este libro sea larguísima y en el entretanto escriba también libros gozosos y llenos de vida. Porque así sea.


LAS ÚLTIMAS FLORES

Ya las mariposas no vuelan
 ebrias de lontananzas.
¿No ves qué dulcemente se mueren
ahogándose entre las aguas
              que arrojó la tormenta?

Y tu sonrisa azulada,
es, tras la borrasca,
solo un cristal más,
que flota en el mar de Tasmania.

Donde desaparece nuestro pasado
y se acaba el tiempo
     y todo lo que significaba.

La luna ya no me engaña.  
Ni su bufanda hecha de algodones
y de distancia…
y de pétalos de estrellas
         rotas, apagadas.

No me pidas que no salte
la pared de la última valla.
Ni que me aleje más despacio
en esta carrera corta,
        alocada.

¿No ves que las nubes ya no me gritan?,
únicamente son
el refugio del silencio, del olvido,
el humo que se eleva
tras el incendio del alma.
                
Ya  solo me queda
el último vaso de vino
y respirar la fragancia
de las últimas flores,
esas que se mueren cada día
al borde de  los caminos.

Y que me despiden
con sus pétalos abiertos
todavía de amor borrachas,
diciéndole adiós a la vida
casi contentas
¡Como si no pasara nada!


POEMAS DEL ÚLTIMO CAMINO: LAS ÚLTIMAS FLORES

martes, 18 de marzo de 2025

EL PERIODISTA

 



Hubo una época en que yo fui periodista. En el diario Iberoeconomía. Repaso ahora algunas citas de lo que es ser periodista, que me empujaron a serlo por un tiempo:

"El periodismo solo puede ser literatura cuando es apasionado" (Marguerite Duras).

"El periodismo es una maravillosa escuela de vida" (Alejo Carpentier)

"El periodismo es libre o es una farsa" (Rodolfo Walsh).

"El periodismo sólido debe defender a los que no tienen voz, no enviarlos más al silencio" (Joanna Douglas).

    Todo esto para decir que el diario Iberoeconomía ofrece ahora todos mis artículos juntos para el público lector. En este link:https://iberoeconomia.es/author/francisco-rodriguez-tejedor/

     Muy agradecido, pues, por este detalle a Iberoeconomía, cuyo slogan es "España en positivo". Por eso, entre otras cosas, escribí una temporada para él, recordando a Jorge González Moore: "El verdadero periodismo debe ser constructivo", al menos para compensar aquel dardo lanzado por Roger Wolfe, sobre algunos periodistas: "Lanzan la mierda, y luego se lavan las manos".

     Espero que, al que tenga curiosidad, le gusten.

   www.franciscorodrigueztejedor.com

viernes, 14 de marzo de 2025

AMOR Y DESAMOR

 







Hace ya una docena de años, ¡cómo pasa el tiempo!, yo publiqué en la editorial Alhulia y, posteriormente,  en Amazon una obra que fue nombrada como "libro del día" por la Biblioteca Nacional del Perú, entre otros reconocimientos. Está disponible también en Audiolibro en la sugerente y aterciopelada voz de Albert Cortés, publicado por Editorial Audible. Se llama: "Los mejores 101 momentos de amor y desamor". Una forma resumida de hablar porque, en el texto,  el número de ellos es mucho mayor.


Aquí os dejo un par de ellos:

CÓMO FUE

Cómo fue. Y yo qué sé. A mí no me lo preguntes, amigo. Apareció con su vestido lila. Y nos miramos. Y todos los planetas, los míos quiero decir, se pararon en sus órbitas para verla.

Luego bailamos. O era el mundo dando vueltas a nuestro alrededor. Nos besamos contra aquel árbol. Y te juro que llegué a mi casa, loco de alegría, saltando en la calzada de coche en coche. Te llamo para decirte que me ha ocurrido, amigo. Que no me cabe dentro. Todo lo que está escrito en las estrellas y en las palmas de mis manos me está pasando.


LA CARTA

Hundido en un rincón, te escribo desde el ángulo oscuro de las perdidas batallas. Desde la umbría donde mana la ausencia y se encharca el reloj de las horas muertas.

Te escribo con las palabras heridas, quebradas alas de las palomas rotas. Y mojo el papel con la calenturienta tinta de este alcohol amigo que, pleno, corre por mis venas.

Aunque esta calcomanía de mi alma a ti yo no te la remitiré.

Para que nunca recibas y jamás sepas de esta punta de ceniza en que me convierto, cuando tú me dejas.


Ahora en una nueva edición: En Amazon.

https://shorturl.at/1LdbD