domingo, 3 de julio de 2022

EL DONANTE


 Un sueño que se había puesto cuesta arriba, tras aplicarle una buena dosis de esfuerzo, como siempre, empieza a ser posible. Hoy mi musa y yo hemos completado los primeros cien folios de nuestra novela "El donante". Eso quiere decir dos terceras partes de la misma. Y, eso significa, en definitiva, que, ya cuesta abajo, la terminaremos en los próximos  tres meses, calculo. Luego, el proceso de revisión, y le pondremos el lazo en 2022, tal y como estaba previsto. Estos días estamos trabajando duro y casi en exclusiva, salvo algunos apuntes por mi parte para mis próximos libros "Lejos del sauce curvo" y "Mil palabras para envejecer bien". El cine, este año, será más relajado: la película La fuga, que tiene guión terminado en el que no participo salvo algún pequeño asesoramiento, tiene también una producción ya muy encaminada y creo que mi contribución será muy poco necesaria también, así que casi lo agradezco para centrarme en sacar adelante este proyecto de "El donante".

Me hace mucha ilusión trabajar con y para mi musa, a la que por fin logré convencer para este proyecto, apartando momentáneamente a un lado su tradicional discreción y alejamiento de los focos.

Dejar para la posteridad esta novela escrita a cuatro manos será algo muy bonito. Un recuerdo especial para nosotros dos y también para los nuestros. Es una novela comercial destinada al gran público, en este caso sí que me hace ilusión llegar a mucha gente, ya veremos cómo queda al final, pero hoy la he releído y me está gustando.

Así que estos días toca trabajo duro, porque luego llegan las vacaciones y nos hemos prometido no tocar un papel, que ya abusamos el pasado mes que pasamos unos días en Altea y en Sotogrande. Volveremos a Altea en unos días, luego un viaje especial con nuestros dos hijos al País Vasco que, curiosamente, ellos que conocen medio mundo no han estado todavía, algunos días en El Sauce Curvo y luego mi musa y yo nos iremos por Europa, en nuestro primer gran viaje tras (es un decir) la pandemia.

Pero, ahora, toca "El donante". Escribir una novela es un gran esfuerzo. Terminarla es una gran satisfacción. Y, si es en buena compañía, lo es mayúscula. ¡Vamos allá!