sábado, 13 de julio de 2019

LAS ÚLTIMAS FLORES





Ya las mariposas no vuelan
 ebrias de lontananzas.
¿No ves qué dulcemente se mueren
ahogándose entre las aguas
              que arrojó la tormenta?

Y tu sonrisa azulada,
es, tras la borrasca,
solo un cristal más,
que flota en el mar de Tasmania.

Donde desaparece nuestro pasado
y se acaba el tiempo
     y todo lo que significaba.

La luna ya no me engaña.  
Ni su bufanda hecha de algodones
y de distancia…
y de pétalos de estrellas
         rotas, apagadas.

No me pidas que no salte
la pared de la última valla.
Ni que me aleje más despacio
en esta carrera corta,
        alocada.

¿No ves que las nubes ya no me gritan?,
únicamente son
el refugio del silencio, del olvido,
el humo que se eleva
tras el incendio del alma.
                
Ya  solo me queda
el último vaso de vino
y respirar la fragancia
de las últimas flores,
esas que se mueren cada día
al borde de  los caminos.

Y que me despiden
con sus pétalos abiertos
todavía de amor borrachas,
diciéndole adiós a la vida
casi contentas
¡Como si no pasara nada!


POEMAS DEL ÚLTIMO CAMINO: LAS ÚLTIMAS FLORES