viernes, 21 de diciembre de 2018

ÚLTIMA CARTA DE LA NAVIDAD



         “Mi querida esposa: cuando recibas esta carta, probablemente será ya Año Nuevo y yo ya no estaré aquí, en este mundo quiero decir, pero nunca dejaré de estar contigo. ¿Sabes lo que hay más allá de las adelfas, de la muerte, como tú la llamabas? Pues nosotros, seguimos estando nosotros. Donde vayas tú, allí estaré yo, donde tú llegues, allí me aproximaré, ¿recuerdas?” 


       “Contigo he vivido la sensación de caminar juntos, cortando el paisaje y mirando al sol, de trabajar codo con codo por sacar adelante nuestras vidas de una forma diferente, de conocer el secreto de la otra cara de la moneda, que eras tú, y, por la noche, de amarnos y unirnos como está escrito en las palmas de las manos y en la luz de las pupilas de un hombre y de una mujer y, luego, de cerrar los ojos y descansar, arrullado por la compañía de tu aliento, por la compañía de tu silencio, que eran el antídoto contra la noche, contra la soledad de la noche y del profundo miedo”.
      
       «Pero, mi amor, el hombre nace solo y estará solo el resto de su vida hasta la muerte. La soledad de nuestro destino anida en lo más profundo de nuestro corazón y, únicamente, el que está solo de verdad puede apreciar una buena compañía. Tú lo has sido todo para mí, mi querida esposa, he tenido todo a lo que puede aspirar un hombre, te he tenido a ti, que eres como un alma gemela mía, y he comprendido en ti la inocencia, el desvalimiento y la soledad de los que estamos hechos. Cuando llegó mi última hora pensé primeramente en compartirla contigo, como he hecho siempre pero, luego, algo muy profundo tiró de mí en otra dirección, debe ser la soledad desnuda de nuestro destino de la que te hablaba antes, debía vivir mi propia muerte yo solo, mi amor».
   
             «No sé si he sido un hombre valiente, pero cuando decidí enfrentarme solo a mi destino me sentí mejor. Te escribo esto con todo el amor y todo el respeto que te tengo. Así que me fui a despedirme del mundo, a escribir mi último libro que, por cierto, no logro empezar, a cruzar la última línea del horizonte, más allá de las adelfas. Pero como te decía, querida esposa, algo me indica que más allá de las adelfas seguimos estando nosotros, porque si no, ¿de dónde crees tú que podría llegarnos la poesía que inunda nuestros corazones solitarios?, pues de más allá de las adelfas precisamente, mi amor, por lo menos eso es lo que pienso, lo que siento yo en estos momentos finales».

       «A lo mejor todo esto es solo que yo soy una persona orgullosa, ya sabes, y que no quiero que me veas palidecer en mi final, deshilacharme en vida, perder la cabeza, arrugarme como una pasa y que ya no te guste, que no te conquiste, que no te enamore, porque yo siempre he querido ser algo especial para ti, ¿sabes? Aunque yo conozca perfectamente que hecho estoy del mismo barro que los demás, siempre he querido que me vieras como una pequeña joya, como un diminuto, pero valioso, diamante”

       “Tal vez haya sido esa mi forma de quererme también a mí mismo, porque si uno no se aprecia, no se quiere, ¿quién lo va a querer? A lo mejor únicamente por eso soy tan valiente de enfrentarme yo solo a todo esto. O, qué sé yo, tal vez resulta que es fácil para un hombre como yo jugar a estar solo, mi amor, cuando sabe que pertenece, para siempre, a una mujer como tú. Me voy más allá de las adelfas, allí te espero, mi amor, no tardes. Pero tampoco tengas prisa, y disfruta del próximo Año Nuevo y de todos los que te queden, porque para mí, a partir de ahora, el tiempo ya no tendrá sentido”.

       “Así que te envío esta, mi última carta de Navidad, con la cita de un escritor que a ambos nos gustaba mucho, Albert Camus: “El hombre tiene dos caras: no puede amar sin amarse antes a sí mismo.”

       “Para que, durante el Año Nuevo, cuando la leas, después de pensar en ti, pienses también un poco en mí. Porque la eternidad también me da miedo, y no tengo a nadie más a quien contárselo. Mil besos. Y adiós.”

         Escrito para la Revista de Todos: http://larevistadetodos.blogspot.com/
        Basado en la historia del personaje Peter Fleming de mi novela "El día que fuimos dioses".
            
       

domingo, 9 de diciembre de 2018

DOBLE CONMEMORACIÓN



     



        Hace treinta y cinco años recibí mi primer premio literario oficial que, en realidad, fueron dos, en los concursos de poesía y relato corto del antiguo Banco de Bilbao.

        Fueron unos certificados y unas bandejitas de plata con mi nombre grabado, que me entregó el director de RRHH Amadeo García de Salazar, ya desaparecido, además de la publicación en la revista Bancobao, que guardo con mucho cariño. 

        En la foto muestro un punto de seriedad y trascendencia que no deja de chocarme. Tal vez ya intuía en mi interior que no volvería a la literatura hasta 25 años más tarde. A la literatura pública, me refiero. Porque nunca he dejado de escribir en mi vida. Pero los pragmáticos números me absorbieron durante mucho tiempo.

        Hace 10 años aproximadamente mi vocación me llamó de nuevo,  ahora ya sí de una forma definitiva, con un proyecto ambicioso, mi novela "El día que fuimos dioses". Y, a partir de ahí, no he parado: 7 libros en solitario, varios colectivos y otros cuantos que tengo sobre la mesa esperándome.

       Pero hoy es tiempo de levantar la vista y celebrar esta doble conmemoración. 

      Y hacerlo, por supuesto, con mis lectores: con una promoción de mi obra sin igual, que podéis ver abajo y en mi página web.  Seguro que encontráis en ella algo que os gusta.

        


        Promoción décimo aniversario: descargas digitales en mi página de Amazon:



lunes, 26 de noviembre de 2018

EN ESTOS TIEMPOS...¿EN QUÉ CREER?












            Un escritor de nuestro tiempo, el británico Neil Gaiman,  nos dice en lo que cree; de forma muy clara, que se entiende muy bien: “Creo que la vida es un juego, que la vida es una broma cruel y que la vida es lo que sucede cuando estás vivo y que lo mejor que puedes hacer es tumbarte a la bartola y disfrutarla”. Una parte importante del mundo de hoy, probablemente la parte  con mayor riqueza, o más materialista, piensa así.

            Gandhi, el gran pacifista, pensador  y político indio, decía por el contrario, de forma también muy clara y entendible: “Si la muerte no fuera el preludio a otra vida, la vida presente sería una burla cruel”. En esto creen, o esperan, que viene a ser poco más o menos lo mismo, otra parte importante de la población, quizás la menos favorecida, la que en su interior sabe que en esta no va a conseguir grandes compensaciones y lo fían todo a la futura.

            Este dilema, sobre si la vida se acaba en esta tierra o continúa luego, ha sido el debate de fondo de la humanidad, desde que el mundo es mundo. Y me temo que continuará siéndolo en el mundo que viene.

            Y este dilema lleva concatenados, o derivados, otros muchos... CONTINUAR LEYENDO EN: //iberoeconomia.es/opinion/los-retos-del-mundo-que-viene-en-que-creer/

ARTÍCULO DE OPINIÓN ESCRITO PARA DIARIO IBEROECONOMÍA.




jueves, 15 de noviembre de 2018

SOBRE EL ARTE Y LA BELLEZA
















“La belleza perece en la vida, pero es inmortal en el arte”
Leonardo da Vinci

“Arte no es representar lo bello, sino bellamente las cosas”
Pilar Avivar

CUANDO EL ARTE Y LA BELLEZA NOS CONMUEVEN

 El arte es lo más excelso que sabe hacer el hombre, es el enchufe que le comunica a la corriente de la trascendencia. Como te decía, querido amigo, el hombre debió ser dios un día, y el arte es la reminiscencia que nos queda de aquella época en lo más profundo de nosotros. El arte es la búsqueda de la belleza y la belleza es la única cosa que de verdad conmueve a nuestra alma cuando está atormentada.

—Siente, por ejemplo, esta música serena y melodiosa, amigo. Déjate llevar por ella y aprenderás, de golpe, todo lo bueno, todo lo bello de lo que es capaz el hombre. De ese tipo de semilla también hay siembra en tu corazón. Déjala que crezca y se desarrolle, hazle un sitio entre la rutina y tus instintos... Y cuando tu corazón, amigo, esté repleto, poblado de granadas espigas doradas, entonces aprende a expresar todo eso que guardas en tu interior, para que salga fuera de ti. Y, aquello que nació de tu esencia verdadera, conmueva a otros, ilumine a los caminantes perdidos en la bruma, germine en otros campos, remueva las aguas del hastío, de la frustración y de la desesperanza, y enseñe al mundo entero que cada hombre es algo único en el universo, que esa llamita que todos llevamos dentro es el rescoldo de nuestra esencia divina que trascenderá a nuestra corta vida y que nadie debe ignorar ni olvidar.


   Extraído del libro "Mil palabras para el optimismo". Leer primeros capítulos en:
   
   Foto: A las puertas del Louvre en un viaje reciente.

jueves, 1 de noviembre de 2018

A LA ÚNICA PERSONA ÚNICA EN EL MUNDO











A LA ÚNICA PERSONA ÚNICA EN EL MUNDO


     Algún día, quizá cuando me sienta tan bueno como el mejor escritor del planeta pero, sobre todo,  cuando reúna las fuerzas suficientes para vencer este íntimo rubor  que protege todo ese universo que nos unió y nos une, te haré un libro entero solo para ti , el libro más hermoso del mundo.

     Allí explicaré, si aprendo a hacerlo,  todas esas cosas precisamente inexplicables, recónditas, profundas y trascendentales  que unen a un hijo con su madre: la única persona única en el universo.

    El otro día cuando fui a verte, a ti y a papá, te encontré algo triste. Y no es porque no sientas cerca la presencia de tus hijos, mi hermana y yo, que estamos todos los días  con vosotros. Sino porque supongo que piensas en cosas.

     -¿Cómo te sientes, mamá?
     -Bien, pero todo se acaba, se tiene que acabar… y es algo triste – me respondiste con una gran tranquilidad.
   -Pero si tienes que estar muy contenta –traté de animarte yo, de forma quizás no muy inteligente- Me han dicho que  en estos momentos eres la mujer más mayor de tu pueblo, tienes casi 94 años. Y papá es el segundo hombre…
       - Por eso, por eso… Anda, vamos a coger unas flores.

     De tu pueblo, y el mío, El Sauce Curvo, escribí yo un libro que está dedicado a mucha gente, entre otros a mí mismo y a mi infancia. Es una novela de ficción, pero nunca me atreví a poner nombres a los padres del niño protagonista, los únicos personajes que no lo tienen, por ese rubor del que hablo y porque quería recordaros siempre sin ningún intermediario.
     Allí cuento, sin apenas artificios literarios, un poco de aquel año especial que pasamos  los dos juntos, y solos, durmiendo en la misma cama, cuando nuestra familia se rompió como tantas otras en la época  de la emigración, hasta que nos reunimos todos de nuevo, ya en Madrid.
     De aquella unión tan fuerte entre los dos y en momentos tan difíciles, nos quedó a ambos una sensibilidad extrema, que está en la base de mi vocación literaria, y una resistencia sin límites ante cualquier adversidad…

     Así que  nos levantamos los dos y cortamos unas rosas de otoño, algunas hortensias medio marchitas y unos tallos de lavanda.  A ti siempre te gustaron mucho las flores y la libertad de los espacios abiertos.
-  Ya es suficiente. Ponlas  en un jarrón – me dijiste.
Luego, mientras me las dabas me miraste. Y las miraste.
-   Me estoy apagando, como lo harán ellas…
Se me hizo un nudo en la garganta.
     -Pero quedará todo lo que has hecho, tus recuerdos…
    -Sí, recuerdos, y luego nada, se los llevará el viento… - ahí encontré la raíz de tu tristeza.
    
    Y por ello, porque quiero rebelarme contra eso que dijiste, y por muchas cosas más, sé que escribiré un día un libro entero sobre ti, el libro más hermoso del mundo.  Aunque no lo publique.
     
     Solo será para que permanezca para siempre .
     Y recoja todo lo nuestro.
    Y de todas aquellas personas que te quieren.