lunes, 26 de noviembre de 2018

EN ESTOS TIEMPOS...¿EN QUÉ CREER?












            Un escritor de nuestro tiempo, el británico Neil Gaiman,  nos dice en lo que cree; de forma muy clara, que se entiende muy bien: “Creo que la vida es un juego, que la vida es una broma cruel y que la vida es lo que sucede cuando estás vivo y que lo mejor que puedes hacer es tumbarte a la bartola y disfrutarla”. Una parte importante del mundo de hoy, probablemente la parte  con mayor riqueza, o más materialista, piensa así.

            Gandhi, el gran pacifista, pensador  y político indio, decía por el contrario, de forma también muy clara y entendible: “Si la muerte no fuera el preludio a otra vida, la vida presente sería una burla cruel”. En esto creen, o esperan, que viene a ser poco más o menos lo mismo, otra parte importante de la población, quizás la menos favorecida, la que en su interior sabe que en esta no va a conseguir grandes compensaciones y lo fían todo a la futura.

            Este dilema, sobre si la vida se acaba en esta tierra o continúa luego, ha sido el debate de fondo de la humanidad, desde que el mundo es mundo. Y me temo que continuará siéndolo en el mundo que viene.

            Y este dilema lleva concatenados, o derivados, otros muchos... CONTINUAR LEYENDO EN: //iberoeconomia.es/opinion/los-retos-del-mundo-que-viene-en-que-creer/

ARTÍCULO DE OPINIÓN ESCRITO PARA DIARIO IBEROECONOMÍA.




jueves, 15 de noviembre de 2018

SOBRE EL ARTE Y LA BELLEZA
















“La belleza perece en la vida, pero es inmortal en el arte”
Leonardo da Vinci

“Arte no es representar lo bello, sino bellamente las cosas”
Pilar Avivar

CUANDO EL ARTE Y LA BELLEZA NOS CONMUEVEN

 El arte es lo más excelso que sabe hacer el hombre, es el enchufe que le comunica a la corriente de la trascendencia. Como te decía, querido amigo, el hombre debió ser dios un día, y el arte es la reminiscencia que nos queda de aquella época en lo más profundo de nosotros. El arte es la búsqueda de la belleza y la belleza es la única cosa que de verdad conmueve a nuestra alma cuando está atormentada.

—Siente, por ejemplo, esta música serena y melodiosa, amigo. Déjate llevar por ella y aprenderás, de golpe, todo lo bueno, todo lo bello de lo que es capaz el hombre. De ese tipo de semilla también hay siembra en tu corazón. Déjala que crezca y se desarrolle, hazle un sitio entre la rutina y tus instintos... Y cuando tu corazón, amigo, esté repleto, poblado de granadas espigas doradas, entonces aprende a expresar todo eso que guardas en tu interior, para que salga fuera de ti. Y, aquello que nació de tu esencia verdadera, conmueva a otros, ilumine a los caminantes perdidos en la bruma, germine en otros campos, remueva las aguas del hastío, de la frustración y de la desesperanza, y enseñe al mundo entero que cada hombre es algo único en el universo, que esa llamita que todos llevamos dentro es el rescoldo de nuestra esencia divina que trascenderá a nuestra corta vida y que nadie debe ignorar ni olvidar.


   Extraído del libro "Mil palabras para el optimismo". Leer primeros capítulos en:
   
   Foto: A las puertas del Louvre en un viaje reciente.

jueves, 1 de noviembre de 2018

A LA ÚNICA PERSONA ÚNICA EN EL MUNDO











A LA ÚNICA PERSONA ÚNICA EN EL MUNDO


     Algún día, quizá cuando me sienta tan bueno como el mejor escritor del planeta pero, sobre todo,  cuando reúna las fuerzas suficientes para vencer este íntimo rubor  que protege todo ese universo que nos unió y nos une, te haré un libro entero solo para ti , el libro más hermoso del mundo.

     Allí explicaré, si aprendo a hacerlo,  todas esas cosas precisamente inexplicables, recónditas, profundas y trascendentales  que unen a un hijo con su madre: la única persona única en el universo.

    El otro día cuando fui a verte, a ti y a papá, te encontré algo triste. Y no es porque no sientas cerca la presencia de tus hijos, mi hermana y yo, que estamos todos los días  con vosotros. Sino porque supongo que piensas en cosas.

     -¿Cómo te sientes, mamá?
     -Bien, pero todo se acaba, se tiene que acabar… y es algo triste – me respondiste con una gran tranquilidad.
   -Pero si tienes que estar muy contenta –traté de animarte yo, de forma quizás no muy inteligente- Me han dicho que  en estos momentos eres la mujer más mayor de tu pueblo, tienes casi 94 años. Y papá es el segundo hombre…
       - Por eso, por eso… Anda, vamos a coger unas flores.

     De tu pueblo, y el mío, El Sauce Curvo, escribí yo un libro que está dedicado a mucha gente, entre otros a mí mismo y a mi infancia. Es una novela de ficción, pero nunca me atreví a poner nombres a los padres del niño protagonista, los únicos personajes que no lo tienen, por ese rubor del que hablo y porque quería recordaros siempre sin ningún intermediario.
     Allí cuento, sin apenas artificios literarios, un poco de aquel año especial que pasamos  los dos juntos, y solos, durmiendo en la misma cama, cuando nuestra familia se rompió como tantas otras en la época  de la emigración, hasta que nos reunimos todos de nuevo, ya en Madrid.
     De aquella unión tan fuerte entre los dos y en momentos tan difíciles, nos quedó a ambos una sensibilidad extrema, que está en la base de mi vocación literaria, y una resistencia sin límites ante cualquier adversidad…

     Así que  nos levantamos los dos y cortamos unas rosas de otoño, algunas hortensias medio marchitas y unos tallos de lavanda.  A ti siempre te gustaron mucho las flores y la libertad de los espacios abiertos.
-  Ya es suficiente. Ponlas  en un jarrón – me dijiste.
Luego, mientras me las dabas me miraste. Y las miraste.
-   Me estoy apagando, como lo harán ellas…
Se me hizo un nudo en la garganta.
     -Pero quedará todo lo que has hecho, tus recuerdos…
    -Sí, recuerdos, y luego nada, se los llevará el viento… - ahí encontré la raíz de tu tristeza.
    
    Y por ello, porque quiero rebelarme contra eso que dijiste, y por muchas cosas más, sé que escribiré un día un libro entero sobre ti, el libro más hermoso del mundo.  Aunque no lo publique.
     
     Solo será para que permanezca para siempre .
     Y recoja todo lo nuestro.
    Y de todas aquellas personas que te quieren.