sábado, 25 de mayo de 2019

ARENA Y CAL




            






ARENA Y CAL


            Hace bastantes años pasé un día con su noche en un sitio también bastante peculiar: la República de San Marino. Uno de los estados más pequeños del mundo, lleno de múltiples simbolismos, como el ser la república independiente más antigua que existe en el orbe y, además, totalmente rodeada por tierras del estado italiano, que ya tiene mérito.

        La pequeña ciudad-estado la componen unas calles estrechas y  de pendientes tremebundas, que trepan serpenteantes por las escarpadas laderas del monte Titanio que ascienden setecientos metros arriba, hasta llegar a la cumbre, coronada por un castillo fortaleza desde el que se disfruta de unas vistas increíbles y serenas que compensan de tanto esfuerzo por llegar a ellas.

            Estos últimos días he recibido una de cal y otra de arena: la Comunidad de Madrid va a apoyar, financiando la distribución, nuestra entrañable película “Semillas de alegría”, pero deja, para mejor ocasión, involucrarse en “Un mundo maravilloso”, un proyecto en el que habíamos puesto tantas ilusiones y que remitiremos ahora, en segunda instancia, al ICAA. Así que, el monte Titanio, no nos ha otorgado en esta ocasión la dicha completa de sus vistas.

            Aunque, como consuelo de última hora  y, quizás, para que sigamos acometiendo con ilusión y persistencia sus duras laderas, me llega la entrañable noticia de que la Diputación de Guadalajara ha solicitado a mi editorial un buen pedido para surtir con nuestro libro “Soñadores” las principales bibliotecas de la provincia y llenar de ilusión y sueños a los lectores que se acerquen a ellas.

            Nunca deja uno de aprender de estos enclaves históricos y esenciales, con un nombre tan sumamente bello: República Serenísima de San Marino, que te hacen ver todo con la adecuada perspectiva,  donde yo pasé, además, un día con su noche, en la mejor compañía posible. Y eso sí que nunca se olvida.
           
Arranque de “Soñadores”