lunes, 30 de octubre de 2023

¿ESTAMOS SOLOS EN EL UNIVERSO?


 

La vieja pregunta sin respuesta. La pregunta más importante que el hombre se ha formulado desde siempre. Es decir, ¿hemos surgido por generación espontánea?, ¿por un cruce fortuito de moléculas que ha producido la vida en el fondo marino y, por evolución, nos ha llevado hasta la persona humana?

¿O, bien, procedemos, nosotros y todo el universo, de un creador  que lo organizó todo y vela por nosotros?

Hoy, podría pensarse, erróneamente como se verá después, que estas cosas no interesan, que son cosas del pasado, que es mejor pensar en los cuatro días que vivamos y, aquí, paz, y después gloria. Hoy parecería que todo el mundo vive, o malvive,  ajeno  a Dios El Creador. Estamos inmersos en nuestro hedonismo y en mirarnos el ombligo. No tenemos tiempo, ni ganas, en fés, ni en esperanzas y, mucho menos, en caridades. Vivimos nuestra vida hasta que se acabe, eso sí, lo mejor posible.

Me lo recomendaron y lo compré: el libro más vendido en Francia, también ha irrumpido con fuerza ahora en España y en otros países: "Dios, la ciencia, las pruebas". Un trabajo de investigación que reúne los trabajos al respecto de 260 grandes científicos y 62 premios Nobel, sobre la existencia de Dios.

El hilo conductor es el consenso general actual de que el universo tendrá un final, el fin por muerte térmica; las estrellas, nuestros soles, se irán apagando lentamente y el mundo entero se quedará sin energía y desaparecerá. Y si el mundo tiene un final es porque ha tenido un principio, un creador; la otra alternativa es el materialismo: la materia, la energía, es eterna y existe desde siempre y existirá eternamente. No es necesario un Dios creador.

La ciencia y la religión siempre han sido mundos contrapuestos. Es más, los científicos nunca la han tomado en serio. Este libro precisamente llega a la existencia de Dios a través de la ciencia.

Es una lectura muy recomendable aunque, a veces, es difícil, por su complejidad técnica: conceptos de termodinámica, de la teoría de la relatividad, etc., con las que el común de los mortales no estamos familiarizados. Pero vale la pena. Es una vía de llegar a Dios, más que por fe, por convencimiento, por prueba científica. 

La verdad es que reconforta, aunque uno no sea religioso, la prueba de que no estamos aquí solos y sin finalidad alguna. De que nuestra vida no acaba con la muerte, y de que volveremos a ver a nuestros seres queridos que tanto recordaremos dentro de unos días, cuando visitemos el sitio en el que los vimos, y nos despedimos de ellos por última vez.

Aparte de este libro, que os recomiendo, acercaos a mi última novela, sobre el amor y la vida precisamente: "LEJOS DEL SAUCE CURVO, una novela para aquellas personas a quienes importa  dónde nacieron y las personas que los amaron: En Amazon: amzn.to/3EweRMr