martes, 25 de febrero de 2025

ESCAPAR

 


Me escapo unos días a Alicante a terminar de recuperarme. La vida es huir y buscar nuevos horizontes, para luego sentir el placer de regresar.

Pasadlo bien. ¡Nos vemos a la vuelta!

Aquí os dejo este ESCAPAR:


Escapar

Si fuera posible
atravesar esta oscuridad.

Si fuera posible
huir de esta prisión,
escapar.

Romper estos lazos invisibles,
elevarme sobre la ciénaga,
poder volar.

Ir atrás en el tiempo,

si fuera posible,
volver a respirar.

Perderme entre la gente,
sin rastros del pasado,
vivir como un niño,
volver a empezar.

No me digas que sueñe,
que cree mundos nuevos,
que me vuelva a levantar.

Sólo quiero cerrar los ojos,
apagar la luz,
de este desván.

Solo quiero ser libre,
con otras cadenas,
en otro lugar.

Volver a ser cobarde.
Perder la cabeza de nuevo,
que sea otra vez lunes
…y escapar

Solo quiero eso,
escapar de aquí,
contigo,
huir los dos muy lejos
y buscar el mar.





lunes, 24 de febrero de 2025

RELATOS DE FEBRERO: "UNA NOCHE DE INVIERNO"

 






UNA NOCHE DE INVIERNO

 

Llegas a casa aterido de frío. Y de soledad. Los amores, desperdigados y lejos. Tú sabes cuán lejos. Metes la llave en la cerradura. La puerta se abre. Y notas un calor extraño. De un hogar que creías marchito.


 Pero todo funciona. Todo está en su sitio de nuevo. Ella ha vuelto. Hay un florero lleno de rosas en el salón y la calefacción puesta.

 

Te quitas el abrigo y dejas que escurra el paraguas. El loro en su jaula, con el silencio pétreo de la anochecida, te mira impertérrito. Y tú a él. Te gustaría saber qué ha pasado. Todo lo que él guarda en su memoria observadora y callada.

 

Antes de llegar al armario ves su nota. «He vuelto». «Eso ya lo sé», respondes en voz alta, como haría el loro, si hablara. Las preguntas sin embargo se quedan en tu interior. "¿Por qué?" "¿Dónde estás?". Y, sobre todo, «¿hasta cuándo?».

 

Entonces el pestillo vuelve a girar y aparece ella. Más hermosa que nunca. O tan hermosa como siempre, te corriges a continuación.

 

«Estás empapado», la escuchas. «Anda, ven».

 

El tiempo es una sucesión de estaciones. La abrazas mientras miras por el cristal cómo llueve en silencio. La vida es una sucesión de regresos. Y de despedidas. Mañana no hará sol. Y pasado mañana tampoco. Lo has consultado con tu móvil. Hace sólo unos pocos años todavía tendrías la incertidumbre de la sorpresa. Hoy hasta la lluvia y las nubes obedecen a la tecnología.

 

Hoy es una noche de invierno. Y ella duerme entre tus brazos. Mientras la lluvia musita su dulce melodía tras los cristales. Es verdad. Mañana no hará sol. Y tú no sabes lo que pasará mañana. Hay una nota en el aparador: «He vuelto», dice.

 

Pero no es la primera vez. Tampoco es la primera noche de este invierno.

 

En febrero llueve mucho. Y las parejas vuelven a su nido. Y encienden la calefacción.

 

Nadie entiende por qué se enfrían, se acatarran, los corazones. Y por qué, cuando el viento silba y se abren los paraguas, todo parece empezar de nuevo.

 

El invierno lo sabe bien y el loro mete su cabeza bajo el ala. Y se dispone a dormir.

 

Todo está en su sitio. Otra vez.


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Para estas tardes y noches de invierno, no hay nada mejor que una buena lectura. Como 

EL DONANTE. "Una emocionante novela sobre secretos de matrimonio, llena de intriga, romance, venganzas y lucha por la vida". Seleccionada dos veces como Best Seller por Amazon para su club de lectura vip Prime Reading.


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jueves, 20 de febrero de 2025

UN SAN VALENTÍN MUY ESPECIAL

 




    Me resistía a ir. Pero, al final, no me quedó otra. Llevaba renqueante como una semana con un catarro extraño: apenas tos, ni mucosidad, solo una cansancio extremo. Mi mujer y mi hija me decían: "Si es que nunca llevas bufanda", a lo que yo contestaba: "Uno que se ha educado en Sigüenza, el pueblo más frío de España, no conoce esas prendas". Me insistieron tanto que, al final, fuimos a la clínica, a urgencias, más que nada para que me recetaran algo rápido. Yo pensaba solo en recuperarme y luego llevar a mi mujer a cenar y al cine, a ver María Callas, con Angelina Jolie.

   Tras una placa, analítica y varias auscultaciones, vino un médico barbudo con pinta de hippie y me soltó:"Lo ingresamos ya mismo". Me quedé estupefacto: "Pero, oiga, que es San Valentín". "Usted verá, si se va de celebración, a lo mejor luego tiene que venir a la UCI, se está formando una buena neumonía en sus pulmones". Eso eran palabras mayores.  Mi mujer me agarró del brazo: "Anda, vamos, ya saldremos otro día".

    Así que hemos pasado cuatro noches y cinco días, los dos encerrados en la habitación de la clínica, como unos tortolitos. O, como unos recién casados en el hotel, todo incluido.

    La verdad es que en esta clínica te dan muy bien de comer y tiene unas habitaciones espaciosas con cama de acompañante y todo y unas enfermeras solícitas y cariñosas. Y las vistas son muy luminosas y amplias. O, qué se yo, a lo mejor solo es que, dejando a un lado los kilos de antibióticos  y las mascarillas con las nebulizaciones, el recuerdo que se me ha quedado ha sido el de unos días relajados e íntimos, con conversaciones interminables y chisposas, a la sombra de un San Valentín amoroso, envolvente y protector.

     Así que, muchas gracias, santo, por estos días, recogidos y entrañables, aunque no te acostumbres. El mundo tiene muchas esquinas y por todas ellas hemos de transitar. Tras este enclaustramiento y, en cuanto me recupere, necesito irme a espacios abiertos y amplios, y recargar las pilas y los sueños de nuevo. 

     FOTO: el pasado verano frente al hotel donde se rodó Pretty woman, con Richard Gere y Julia Roberts, en Beverly Hills.

 

     

   

viernes, 14 de febrero de 2025

TAL COMO ÉRAMOS 2

 

Un placer reconstruir aquel tiempo de rosas de 1989. A pesar de este catarro extraño que me tiene sin saber yo no sé cómo. A pesar del escáner que falla más que una escopeta de feria. Y de las fotos que andan en mil sitios, la mayor parte inaccesibles. A pesar de la irregular digitalización de algunas cintas, y de su peculiar conservación. A pesar de que sigue sin aparecer nuestro viejo tomavistas con aquellas películas en súper 8 que lo acompañaban.

Qué más da. Nos queda la fragancia de aquel tiempo. Del aroma de  lo bien que lo pasábamos estrenando nuestra vida juntos. Y eso es indestructible.

Los fotogramas de entonces me traen: tu sonrisa, tu alegría, tu amor. El bien que me hacían, y el bien que me siguen haciendo. Somos dos planetas girando en nuestro destino, colgados todavía de la ilusión y de la esperanza de un cielo eterno y azul. Todo lo que buscaba entonces, lo sigo encontrando ahora, un poco más sordo, un poco más ciego, un poco más lento. Y un poco más enamorado. Como te decía en Tal como éramos 1.

Me gusta este caleidoscopio de imágenes que ha quedado, un poco sin orden ni concierto, solo acompasadas con la música de tres bellas canciones. Solo son algunos fogonazos del amor que transitamos por aquellos días. Algunas hebras del perfume que se nos quedaron en nuestro interior para siempre.

Ya sueño con abordar el trienio 1989-1992, en el que pasaríamos a ser tres. Sí, es verdad, los recuerdos son el perfume del alma. Lo que queda de una vida ya larga, la mayor parte a tu lado.

Ya sabes que me gusta disfrutar de aquellos momentos. Me rejuvenecen, me ilusionan de nuevo. Una suerte haberlos vivido a tu lado. 

Algún día también editaré un vídeo sobre este año tan especial que nos espera. Pero, ahora no toca, ahora hay que vivirlo, juntos, como hemos hecho desde hace tanto tiempo.

Un placer hacerte, hacernos, este regalo en un día tan especial como el de hoy. ¡Va por ti! ¡Por nosotros!

https://www.youtube.com/watch?v=sSOmsY3aU_Q








domingo, 9 de febrero de 2025

OTRO AÑO MÁS

 




Este año he tenido doble celebración de cumpleaños. La primera, cuando tocaba: el pasado domingo.

La segunda, ayer, sábado, aprovechando que mi hijo se ha acercado desde Londres para pasar el finde con nosotros.

Un cumpleaños muy especial en un año muy especial para la familia.

Buenos momentos, en la mejor compañía.

Un poco mermado por un reciente catarro que me hace parecer más viejito, pero los catarros se van y la fuerza y la ilusión por este año continúan.

Así que, ¡viva 2025!, que para mí comienza ahora. En lo personal, lo tengo cumplido, espero que todo discurra como promete.

En lo literario, estoy ahora en momentos de creatividad, dejando a mi mente libre, divagando y pensando en mi nueva novela. Hasta bien entrada la primavera, no me pondré a escribir una letra, así que tengo tiempo para ver si la historia se sostiene y me convence, a mí el primero.

En lo cinematográfico, deseando que no me reclamen este año para nada, ojalá tenga un año sabático, eso sí, pulsaré con algunas productoras a ver si ven factible sacar adelante "El donante", a cuyo guión acabo de darle los últimos martillazos. Quiero disfrutar de este año que, a nivel personal, me apetece mucho, y aplicar a ello mis mejores energías. ¡Vamos a por él! Un peldaño más en la escalinata de la vida.

Un vídeo de recuerdo en el sitio en el que solemos celebrar estas cosas: https://youtu.be/SX7YY-RT-Ow


Y un recuerdo cariñoso para mi madre que hoy hubiera cumplido cien años. ¡Siempre en mi memoria! ¡Cuántas cosas te debo!





miércoles, 5 de febrero de 2025

EL ESPEJO DE LA VIDA.

 






EL RELATO DEL DÍA: Este relato apareció como bonus track añadido a mi libro Cinco Estremecimientos, cinco novelas cortas de suspense y negras, una de ellas, "Un mundo maravilloso", fue seleccionada por la Comunidad de Madrid para su Encuentro autores / productores cinematográficos. En Amazon: https://amzn.to/39qO4Sk



EL ESPEJO DE LA VIDA



Cuando amaneció, después de pasar la primera noche en aquel islote, azotado sin piedad y sin descanso, por el viento y la lluvia, salió de la cueva y volvió a buscar una vez más en los restos del naufragio.

El barco se había partido en dos y se lo había tragado el abismo. Solo él, agarrado a una tumbona de cubierta y algunos enseres inútiles habían llegado a la playa.

Entonces fue cuando la vio flotando boca abajo en el agua. Con su vestido largo y extendido parecía una mariposa desmayada con las alas abiertas.

Cuando le dio la vuelta se sorprendió aún más. Era la maniquí de porcelana de la entrada del salón de baile.

…Han pasado veinte años, o tal vez, más. Hace mucho que ya no cuenta el tiempo, ni nada. Solo las extrañas bayas y los peces escuetos que necesita cada día.

En la cueva ella exhibe su vestido de seda y organza, impecable como el primer día y, cuando es primavera, luce en su pelo unas extrañas y vivaces florecillas.

El viento silba cada día como si no se cansara nunca y él no sabe, o sí, por qué no se ha vuelto loco todavía.

En su refugio siempre hay una sonrisa cálida y también misteriosa. Una sonrisa que se eleva más allá de las negras nubes y de la desesperanza infinita.

…Hoy, en un pequeño intervalo de sol, vio un objeto brillando en las olas. Nunca llega nada a este fin del mundo donde se encuentra. Pero esta vez resultó ser un espejo que, tal vez, llevaba flotando en los mares veinte años. O más.

A él le dio una enorme alegría y, luego, un temor muy grande, cuando se lo llevó a la cara. Sabía muy bien que, con los años, uno solo es su rostro.

Si alguien lo hubiera visto entonces, lo habría notado hasta relativamente contento.

Era casi un anciano, pero el espejo le mostraba unos ojos todavía vivaces, casi juveniles. Y una sonrisa cálida y amigable, también misteriosa. Una extraña sonrisa ajena a la desesperanza.

Y una apostura galante y enhiesta. La de un vivido y experto bailarín.