Un placer reconstruir aquel tiempo de rosas de 1989. A pesar de este catarro extraño que me tiene sin saber yo no sé cómo. A pesar del escáner que falla más que una escopeta de feria. Y de las fotos que andan en mil sitios, la mayor parte inaccesibles. A pesar de la irregular digitalización de algunas cintas, y de su peculiar conservación. A pesar de que sigue sin aparecer nuestro viejo tomavistas con aquellas películas en súper 8 que lo acompañaban.
Qué más da. Nos queda la fragancia de aquel tiempo. Del aroma de lo bien que lo pasábamos estrenando nuestra vida juntos. Y eso es indestructible.
Los fotogramas de entonces me traen: tu sonrisa, tu alegría, tu amor. El bien que me hacían, y el bien que me siguen haciendo. Somos dos planetas girando en nuestro destino, colgados todavía de la ilusión y de la esperanza de un cielo eterno y azul. Todo lo que buscaba entonces, lo sigo encontrando ahora, un poco más sordo, un poco más ciego, un poco más lento. Y un poco más enamorado. Como te decía en Tal como éramos 1.
Me gusta este caleidoscopio de imágenes que ha quedado, un poco sin orden ni concierto, solo acompasadas con la música de tres bellas canciones. Solo son algunos fogonazos del amor que transitamos por aquellos días. Algunas hebras del perfume que se nos quedaron en nuestro interior para siempre.
Ya sueño con abordar el trienio 1989-1992, en el que pasaríamos a ser tres. Sí, es verdad, los recuerdos son el perfume del alma. Lo que queda de una vida ya larga, la mayor parte a tu lado.
Ya sabes que me gusta disfrutar de aquellos momentos. Me rejuvenecen, me ilusionan de nuevo. Una suerte haberlos vivido a tu lado.
Algún día también editaré un vídeo sobre este año tan especial que nos espera. Pero, ahora no toca, ahora hay que vivirlo, juntos, como hemos hecho desde hace tanto tiempo.
Un placer hacerte, hacernos, este regalo en un día tan especial como el de hoy. ¡Va por ti! ¡Por nosotros!
https://www.youtube.com/watch?v=sSOmsY3aU_Q