A veces no se es consciente del tiempo
que pasa y se gasta a raudales.
Y luego duelen las horas últimas
como afilados puñales.
El tiempo pasa
como un fuego violento.
Arrasando todos los anchos
horizontes.
Al final solo permanecerán
los impasibles relojes.
Aquellos que dan fe del macabro
juego
¿No observas cómo las flores se marchitan
y las trompetas anuncian el final
del espectáculo?
¿No ves cómo se cierran las cortinas
ni adviertes, todavía, en el cielo
las señales?
Y tú, acabado tiempo, ¿no le dices ya
qué última sorpresa le deparas
al otro lado del telón
tras los últimos disfraces?