Regreso al Sauce Curvo cada vez está más cerca.
Ya tienen mi novela media docena de lectores de confianza. Estoy esperando sus comentarios para echarle el cierre.
Hoy escribí las dedicatorias. Ahí van:
A nosotros, la generación de la Transición, que nos casamos y fuimos padres en los ochenta y en los noventa, ¡y a nuestras parejas!, por haber lidiado juntos con tantas cosas.
A nuestros hijos, que quisimos quererlos tanto entonces, y aprendimos a quererlos todavía más hoy.
A nuestros padres, y al pueblo en que nacimos, en agradecimiento, porque nada de lo que se cuenta en esta novela hubiera ocurrido sin ellos.
A nuestros hijos, que quisimos quererlos tanto entonces, y aprendimos a quererlos todavía más hoy.
A nuestros padres, y al pueblo en que nacimos, en agradecimiento, porque nada de lo que se cuenta en esta novela hubiera ocurrido sin ellos.
Regreso al Sauce Curvo: Una gran historia de amor.
Hace ya bastante años, yo escribí este poema sobre el amor: el amor también, aunque se haya ido, siempre acaba llegando de nuevo.
VENDRÁ
Vendrá cuando menos lo esperes,
lo anunciará el estruendo de ola
que precede a la inundación.
Serás anegado hasta la médula,
como entonces,
encharcado y empapado hasta el último rincón.
Llegará como fulgor de rayo
Llegará como fulgor de rayo
o como temblor delicado.
Aparecerá como rompen las flores
o como nacen los regatos,
de la pureza de la roca
o del deshielo blanco.
Llamará a tu puerta de fuerte aldabonazo,
o metiendo su carta,
justo por debajo.
Vendrá de nuevo.
Vendrá de nuevo.
Porque el amor te llama
con esa llamarada
que yo conozco.